Ni entre los defensores más férreos de la versión oficial del 11-M hay paz respecto al atentado. Los escritores Suso de Toro y Elvira Lindo se han cruzado reproches explícitos a cuenta de los atentados de Madrid y el cruce de versiones oficiales y oficiosas en las primeras horas tras la masacre.
En el artículo publicado en El País el pasado 16 de marzo, "Humillados e indefensos", la escritora y columnista Elvira Lindo dice textualmente refiriéndose a la misma mañana del 11-M:
"Antes del mediodía sonó el teléfono. Era el jefe de Opinión de este periódico. Le pedía a Antonio un artículo sobre lo ocurrido. No era el mejor momento y hubo dudas y vacilación, pero también de pronto un deseo de compensación, de paliar un dolor y otro, de ponerse a trabajar como consuelo. Y sí, él creía que era ETA. Lo creía él, lo creía el jefe de Opinión que le encargó el artículo, lo creía Otegi, lo creía media España, lo creía yo, aunque luego hubiera ese tipo de listos que siempre saben todo desde primera hora, entre los cuales se encontraba el escritor Suso de Toro, que se encargó de difamar de manera tan torpe como siniestra a quien escribiera esa misma mañana aquel alegato de apoyo a las víctimas que, como tal, es inapelable".
Contestaba así Elvira Lindo al artículo de Suso de Toro en eldiario.es titulado "Tanto veneno nos hizo peores a todos". En este artículo, en el que carga con su habitual virulencia contra la derecha, contra Aznar y contra todo aquel que ose poner en duda la versión oficial de los atentados, Suso de Toro señala:
"En aquel clima ideológico asfixiante y bajo el efecto de aquella masacre no es extraño que el día 11 dos escritores publicasen sendas tribunas partiendo de la base de que había sido ETA la autora del atentado y señalasen como inductores o alimentadores intelectuales de la masacre a quienes se habían opuesto públicamente a las políticas de Aznar. Arrojaron contra nosotros la sangre y los muertos. Si efectivamente hubiese sido ETA cuántas personas no habríamos quedado señaladas por la responsabilidad de aquellos crímenes. No importa que jamás hubiésemos dado cobertura al terrorismo ni que hubiésemos condenado sus asesinatos, en aquel clima ideológico no había defensa posible: los "antiaznaristas" éramos culpables de aquella carnicería en una ciudad donde teníamos familiares y amigos."
Ésto le hizo comprender, sigue De Toro, que "existía un nuevo perfil de partidarios que, sin identificarse completamente con la política y las siglas del PP, compartían buena parte de su base ideológica, intelectuales con la vitola de progresistas realmente estaban apoyando la estrategia conservadora".
Tras este cruce de artículos Suso de Toro dice que el escrito de Lindo "se refiere a mí en tales términos que personajes que me conocen aconsejan rebatir. Pero no puedo, me ha dejado sin palabras".