Este martes la catedral de La Almudena estaba abarrotada para la celebración del funeral por el décimo aniversario de la masacre del 11-M. El acto estuvo presidido por los Reyes de España, que estuvieron acompañados además por la princesa Letizia y la infanta Elena.
Junto a ellos y acompañando a las víctimas acudieron decenas de representantes de todos los ámbitos. El presidente del Gobierno acudió junto a su esposa. También estuvieron presentes Sáenz de Santamaría y ministros como Gallardón o Fernández Díaz. El presidente del Congreso, el presidente de la Comunidad de Madrid o la delegada del Gobierno fueron otras de las caras visibles.
Igualmente estaban presentes los representantes de los distintos partidos políticos. Cospedal acudió por el PP, Rubalcaba y Soraya Rodríguez lo hicieron por el PSOE y otros representantes de grupos políticos también quisieron acompañar a las víctimas.
Sin embargo, llamó sobremanera la atención la ausencia de dos personajes clave durante el 11-M. Ni José María Aznar, presidente cuando se produjo el atentado, ni José Luis Rodríguez Zapatero, presidente tres días después de la masacre. Ninguno de los dos estaba presente para sorpresa de muchos. El popular no hubiera podido asistir igualmente al estar en Guatemala.
Sin embargo, no fueron porque no estaban invitados al multitudinario acto. Ante la polémica, los organizadores del acto de unidad de víctimas se justificaron asegurando que la idea era poder contar con los actuales representantes de las distintas instituciones y no con los que cargaron con los atentados. Tampoco Esperanza Aguirre (presidenta de Madrid durante el 11-M) estaba invitada, aunque decidió acudir al funeral por su cuenta.