Casi 80.000 inmigrantes subsaharianos estarían a la espera de intentar entrar irregularmente en España. Esa cifra la hizo pública este martes el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, horas después de que un grupo de 1.500 inmigrantes irregulares intentase asaltar esta madrugada el vallado fronterizo que separa la ciudad autónoma de Ceuta de Marruecos.
La mitad de ellos, aproximadamente 40.000, estarían esperando su oportunidad de entrar en España en la vecina Marruecos, mientras otros 40.000 se encontrarían todavía en Mauritania, uno de los epicentros de las mafias de tráfico de personas, donde se encargan de publicitar con semanas de antelación buena parte de los asaltos masivos a las vallas de las dos ciudades autónomas españolas.
Estas cifras, según indicó el propio ministro del Interior, le fueron facilitada la pasada semana por su homólogo marroquí, Mohamed Hassad, durante el encuentro bilaterial que mantuvieron en Paris como consecuencia de la reunión del G-4 de Interior, en el que estuvieron presentes los máximos responsables de Interior de Francia, Italia, España y Marruecos, y cuyos temas principales de debate fueron la lucha contra la inmigración irregular y la cooperación contra el terrorismo.
Precisamente, durante ese encuentro, el titular español de la cartera de Interior propuso a su colega marroquí la firma de un acuerdo para proceder a la "devolución inmediata" de los inmigrantes irregulares que entren en Ceuta y Melilla "de forma violenta o flagrante".
En apenas dos semanas, el departamento que dirige Jorge Fernández Díaz ha duplicado la cifra estimatoria de inmigrantes que se encuentran entre Marruecos y Mauritania esperando para poder acceder ilegalmente a España, ya que el pasado 17 de febrero, durante su intervención en un foro organizado por el diario La Razón, situó esa cifra en entre 30.000 y 40.000 inmigrantes subsaharianos.
El titular de la cartera de Interior calificó la situación de las fronteras de Ceuta y Melilla como de "emergencia" y "delicada" e insistió, como viene haciendo durante sus declaraciones públicas en las últimas semanas, que "las mafias que trafican con personas están pendientes de la situación que se vive en España" para intentar sacar el mayor de los beneficios.