El Ministerio del Interior ha hecho públicos este viernes los vídeos sobre el asalto a la valla de la ciudad autónoma de Ceuta protagonizado por un grupo de 250 inmigrantes irregulares y que tuvo lugar durante la madrugada del pasado 6 de febrero. En el último de los intentos del grupo, por la zona de playa de El Tarajal, fallecieron quince inmigrantes en aguas marroquíes.
Estos vídeos fueron entregados por el departamento que dirige Jorge Fernández Díaz ayer jueves en el juzgado de Instrucción número 6 de Ceuta, que investiga el caso, y "una vez que la juez titular comunicó que no decretaba secreto del sumario y que las imágenes o vídeos no estaban secuestrados, el Ministerio del Interior ha decidido colgar en su página web oficial una copia íntegra de las grabaciones entregadas a la juez", explican desde el ministerio.
El primero de los vídeos incluye una intervención del comandante de la Guardia Civil Fernando Cubillo, en la que se "contextualiza" los contenidos audiovisuales para explicar "todas las circunstancias" que, como la nocturnidad y las particularidades de las cámaras, han determinado el contenido y la calidad de las grabaciones.
El mando del Instituto Armado explica que de las 37 cámaras de seguridad que hay en el perímetro fronterizo de la ciudad autónoma, fueron las cámaras 1, 2 y 3 las que captaron las imágenes del intento de asalto por el espigón de El Tarajal, y que las mismas son optrónicas, por lo que captan imágenes normales.
Recuerda que el último intento de violar la valla fronterizo se realizó cuando estaba amaneciendo, por lo que en algunos puntos, que están perfectamente iluminados por farolas y focos, las imágenes de las cámaras son buenas. Pero las mismas pierden calidad en el área del espigón, debido a que la luz artificial en esta zona es menos potente.
El comandante Cubillo explica asimismo que existe una cámara térmica (capta imágenes en función del calor que emiten los cuerpos) en el monte Hacho, ubicado a 3,2 millas naúticas (5,75 kilómetros) del espigón de El Tarajal, lo que hace "más difícil la interpretación de los hechos por personas no acostumbradas a ello". En este caso, Interior habría optado por no tratar y mejorar las imágenes con el objetivo que nadie pueda acusar al departamento de haberlas manipulado.