El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno ha ordenado la busca y captura del ex presidente del Gobierno chino Jiang Zemin para que ingrese en prisión incondicional y sin fianza por presuntos delitos de genocidio, tortura y lesa humanidad cometidos en el Tibet.
El magistrado ha acordado también que se acuerde también la expedición de las correspondientes órdenes de busca y captura para su ingreso en prisión incondicional del exprimer ministro Li Peng, el jefe de la seguridad china y responsable de la Policía Qiao Shi, el exsecretario del partido en el Tibet Chen Kuiyan y el exministro de Planificación familiar Peng Pelyun por su presunta participación en el genocidio perpetrado en el Tibet.
Según Moreno, Jiang Zemin ejerció autoridad de supervisión sobre las personas que cometieron de forma directa los abusos propiamente dichos, lo que le hace responsable de actos de tortura y otros importantes abusos de derechos humanos perpetrados por sus subordinados contra la población tibetana.
"Teniendo en cuenta lo ordenado por la Sala, hayándose Jiang Zemin en paradero desconocido, a fin de materializar lo ordenado por la Sala y librar la orden internacional de detención y en virtud de los artículos 503 de los chinos y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, procede decretar la prisión provisional incondicional y sin fianza del mismo, y librar orden internacional de detención ordenada por la Sala de lo Penal", recoge en el auto.
El titular del Juzgado Central de Instrucción número 2 recoge la querella presentada por el Comité de Apoyo al Tibet, Fundación Casa del Tíbet y Thubten Wangchen Sherpa Sherpa, que atribuía a Zemin la presidencia del Foro de Trabajo sobre el Tíbet en el que se acordó aplicar la "campaña golpes duros" y la represión contra ese pueblo para acabar con el movimiento de oposición pacífica encabezado por sus religiosos.
Desde 1989 a 2004, el ex presidente del gigante asiático actuó con el claro propósito de "diluir y convertir en minoría" al pueblo tibetano y de colonizarlo con una nueva cultura socialista y, desde su responsabilidad, tuvo constancia de las protestas en el Tíbet, que culminaron con la masacre de Tiananmen en junio de 1989.
En esas fechas, fue nombrado secretario general del Partido comunista chino y, durante su mandato, se sometió "de forma generalizada" a torturas, ejecuciones extrajudiciales, arrestos y detenciones arbitrarias, según los querellantes.