Jaime Mayor Oreja "renuncia" a una tercera candidatura. Su discurso y el de la dirección nacional cada vez estaban más alejados y él era muy consciente de algunas maniobras en Génova para intentar acabar con él políticamente. Su negativa a encabezar la lista del PP a las elecciones europeas ni a formar parte de la misma genera un hondo problema a Mariano Rajoy, que tendrá que tomar pronto decisiones, aunque sigue sin desvelar el nombre del elegido.
Nueve de enero. En la Moncloa, a petición del interesado, el presidente y Mayor Oreja se reúnen un día antes del retiro que iban a celebrar en Toledo para diseñar la estrategia de las europeas. En los círculos populares se tenía la impresión de que repetiría como candidato, más aún tras la brecha con las víctimas y los movimientos para crear un nuevo partido -que acabó siendo Vox-. "Va a ser Jaime", era la opinión más compartida en las distintas estructuras de la formación.
En Madrid, muchos daban por hecho que él quería. "Está en una edad muy mala", solía ser una de las coletillas. Pero Mayor le dijo que no a Rajoy. "Trasladó al presidente su opinión de que no debería repetir", reza un comunicado oficial del PP, difundido cuando la noticia empezó a circular por los medios digitales. Según esta lectura, Rajoy le vino a decir que meditara y le diera una vuelta. El pasado viernes 24, el jefe de la Delegación Española en Bruselas le telefoneó para ratificarse en su decisión. Nada se ha filtrado, lo que "le honra", apunta el entorno del presidente.
Pese a su distanciamiento político, cada vez mayor, la relación entre ambos nunca ha sido mala. El jefe del Ejecutivo siempre ha dicho que escucha "con atención" a Mayor y que comprende sus inquietudes, a pesar de que sus opiniones sean tan distintas. En las distancias cortas, quienes fueran ministros de Aznar saben llevarse y están cómodos. Pero en Génova, el que fuera titular de Interior parecía un extraño y sus colegas de la dirección nacional prácticamente enemigos políticos. "Era él, por un lado, y el resto", radiografía un miembro del aparato.
Comunicado del PP
Oficialmente, Génova agradeció "profundamente su trabajo, esfuerzo y dedicación durante tantos años en puestos de altísima responsabilidad tanto dentro del partido como en el Gobierno, con un desempeño ejemplar". Pero el nuevo PP le apartó y no dudó en acusarle de atacar a Rajoy en constantes ocasiones. De hecho, tras conocerse la noticia, algunas voces ya deslizaban que "lo ha hecho porque sabía que no iba a ser él", a pesar de los indicios que apuntaban a todo lo contrario. No pocas veces incluso se burlaron de su diagnóstico "sobre los valores", que centró su campaña de hace ahora cinco años.
Alguien que bien conoce a Mayor decía semanas antes del notición político: "Todo el mundo da por hecho que quiere pero ¿y si no quiere? Está tragando mucho y tendría que tragar más si repite". En Bruselas, sus compañeros de bancada tiran de este hilo: "Estaba reflexionando", tras diez años de liderazgo -dos candidaturas-. Hasta las elecciones, seguirá presidiendo la delegación española, pero después dará un paso atrás. Las fuentes consultadas aseguran que no formará parte de la candidatura; una fórmula intermedia que gustaba mucho a Génova para tratar de mantener a las bases descontentas, pero queda descartada.
No creen que se vaya a Vox
En principio, la renuncia no significa que vaya a dejar el carnet del PP. Este mismo fin de semana, en una reveladora entrevista en ABC, el propio Mayor Oreja negaba tal posibilidad. Preguntado sobre si se iría a Vox, contestó: "Yo creo que no. Me considero un buen amigo y creo que no. Pero hasta hace unos pocos años nadie se atrevería a decir que Ortega Lara iba a decir el partido".
Antes del anuncio, Mayor también despachó con María Dolores de Cospedal, que este lunes sorteaba a los medios en un desayuno informativo en Madrid por otra baja, la de Alejo Vidal Quadras. Junto a Enrico Letta, Rajoy rechazaba relación alguna: "Sigue con nosotros y estoy convencido de que continuará en política". Y añadió: "Ni hilo ni junto una cosa con la otra". Una impresión, por cierto, muy extendida también en Bruselas: "Ni de broma". Y en Madrid: "Jaime no es Alejo. No dejará el PP, en absoluto".
"Sólo puede ser un ministro"
Ahora, los problemas se multiplican a las puertas de la convención nacional, que comienza el viernes en Valladolid. Se esperaba para entonces el candidato, pero de las palabras de Rajoy se desprende que no hay prisa. Cuando en Toledo Rajoy no hizo guiño alguno a Mayor -ya habían hablado y sabía de la opinión del eurodiputado- arreciaron los rumores. "Ahora sabemos por qué", en voz de un integrante de esa cita clave. "Yo pensaba que la doctrina Parot y la llegada de Vox le estaban haciendo la campaña a Jaime", confesó otro alto cargo de Bruselas, que ahora se estampa con la cruda realidad. "No podía ir a una campaña contra Ortega Lara. No podría aguantarlo", en opinión de su entorno. "A nadie le puede sorprender", decía él mismo, en su primera valoración pública.
Desde este instante, las miradas se posan en Miguel Arias Cañete. El círculo del ministro siempre ha deslizado que la candidatura es más un marrón que un regalo, pero que hará lo que le pida Rajoy. Si finalmente es el elegido, habrá que estar muy pendiente al número dos de la lista, ya que el titular de Agricultura quiere dar un salto a una Comisaría. Hay más nombres -Íñigo Méndez de Vigo, Esteban González Pons, Alicia Sánchez Camacho, Juan Vicente Herrera, Ramón Luis Valcárcel...- pero en principio no son para el número uno. En opinión de un miembro de la cúpula, "alguien con más entidad que Jaime solamente puede ser un ministro".
Rajoy mantiene la incógnita mientras el partido vivió otra jornada aciaga. No pocos se preguntan si el presidente está calibrando la envergadura real de renuncias como la de Mayor o el hecho de que Ortega Lara vaya a pedir el voto para otro partido porque no se fía de él. "Tenemos un problema, tenemos que darnos cuenta de ello y actuar". Y no es el único frente: en Andalucía siguen sin líder y varios barones regionales amagan con marcharse. "Algunos se están poniendo muy nerviosos", reconocen en el cuartel general de los populares.