Las discrepancias jurídicas entre el juez José Castro y el fiscal Pedro Horrach adquieren día tras día dimensiones inimaginables. Una 'guerra' entre dos personas que mantenían hasta hace muy poco tiempo una sólida y estrecha amistad.
El último escrito de Horrach acusando al instructor del caso Nóos de urdir una trama de "conspiración" para poder imputar a la infanta Cristina e insinuando que Castro no sabe diferenciar entre lo que es un cobro o un pago en una empresa –en concreto de la mercantil Aizoon- no contribuye en absoluto a mejorar la relación entre ambos.
Las acusaciones del fiscal Anticorrupción han sido tan graves que hasta las asociaciones judiciales han pedido al Consejo General del Poder Judicial que salga en defensa del magistrado.
Fuentes cercanas al juez consultadas por este periódico aseguran que el durísimo escrito del fiscal lo pilló "por sorpresa" y que ni el propio Castro alcanza a entender la virulencia del mismo. Horrach quiso dárselo en persona, como hace siempre que entrega un informe de gran relevancia jurídica, pero en esta ocasión el instructor no estaba en su despacho.
Así que cuando llegó a su juzgado José Castro se encontró con el escrito ‘bomba’ de Pedro Horrach. Pese a las descalificaciones contenidas en el mismo, el instructor ha sido elegante. Ha accedido a acordar todas las diligencias solicitadas por el representante del Ministerio Público y lo ha hecho en una providencia donde no ha respondido a uno solo de los ataques del fiscal.
Durante años juez y fiscal fueron el símbolo conjunto de la lucha contra la corrupción en Baleares. Sus decisiones eran adoptadas siempre al unísono. Sin fisuras. No les tembló el pulso cuando tuvieron que sentar en el banquillo de los acusados al expresidente del gobierno balear Jaume Matas ni tampoco cuando hubo que imputar al yerno del Rey, Iñaki Urdangarín, y registrar la sede del Instituto Nóos.
La brecha jurídica entre ambos surgió por la imputación de la Duquesa de Palma en abril del año pasado. Castro veía indicios para citarla como imputada y Horrach no. Hasta ahí todo entra dentro de la normalidad jurídica. Menos habitual son las descalificaciones entre un juez y un fiscal que eran uña y carne.
El próximo 8 de febrero Cristina de Borbón declarará en los juzgados de Palma de Mallorca. Su futuro judicial es, en estos momentos, incierto. Lo que parece más claro es que la relación entre Castro y Horrach ya no volverá a ser la que fue antaño.