Nada nuevo en el comunicado del grupo de terroristas excarcelados tras la derogación de la doctrina Parot, salvo que ha sido el sanguinario etarra Kubati, quien ha asumido el papel de portavoz del elenco de asesinos reunido este sábado en el antiguo matadero de Durango.
La reunión y posterior rueda de prensa, permitida por la Fiscalía y -este mismo sábado- por el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz- ha venido a suscribir el comunicado conocido el pasado 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, por el colectivo de presos etarras, en el que decían lamentar el daño "multilateral" causado.
Eso sí, las intervenciones tanto de Arantza Garbayo -condenada en 1998 por integración en banda armada, depósito de armas y explosivos, falsificación y conspiración para el asesinato de Manuel Fraga-, como de José Antonio López Ruiz, alias Kubati, -sanguinario etarra condenado por 13 asesinatos- ha hecho hincapié en equiparar su dolor en prisión con el de las víctimas del terrorismo.
No sólo han equiparado una y otra vez a las víctimas con los asesinos, sino que incluso han puesto en varias ocasiones al mismo nivel a los gobiernos de España y Francia con la banda terrorista ETA al lamentar que como resultado de lo que ellos llaman "el conflicto" actualmente no hay ningún miembro del 'otro lado del conflicto' en prisión.
Sin salirse de su papel de víctima y su tono lastimero, tanto Garbayo como Kubati también han insistido en dos de las exigencias clásicas de la banda terrorista: por un lado la autodeterminación y por otro la amnistía total del resto de terroristas en prisión, para ellos, 'luchadores del movimiento de liberación'.
En ningún momento han mostrado arrepentimiento, al revés, han dicho sentirse "receptores directos del sufrimiento padecido y generado". Eso sí, han reiterado que "asumen su responsabilidad en las consecuencias del conflicto", dicen.
En su comunicado, ni Kubati ni Garbayo han mostrado arrepentimiento, ni han pedido perdón a las víctimas, ni han lamentado su pasado, ni han pedido a ETA que se disuelva, ni han hablado de entregar las armas. Eso sí, han dicho que sus años en prisión han sido de sufrimiento y lo consideran un castigo "desmedido y añadido". Finalmente, se han mostrado agradecidos a los homenajes que han recibido en sus pueblos y barrios de origen.