La Agencia Tributaria se encuentra en boca de todos en estos momentos. "Estaba llena de gentes del PSOE", decía Montoro cuando se le preguntaba en el Congreso por la purga de delegados provinciales y cargos en el órgano de recaudación del Estado. En cambio, insistía en que no se trataba de una caza de brujas, e incluso "desafiaba" a cualquiera a que "demuestre que yo he dictado una orden política" en la "Agencia Tributaria".
Este lunes el diario El Mundo publica un perfil del nuevo director de la Agencia Tributaria, Santiago Menéndez, basado en diferentes testimonios de antiguos compañeros de trabajo y subordinados. Lo conocen como "Treméndez". Es el responsable de la purga de 29 altos cargos en los últimos días en la Agencia Tributaria, sobre todo en el área de grandes contribuyentes.
Fuentes consultadas por Libertad Digital destacan que esta situación es anómala en la Agencia, ya que nunca antes se había vivido una oleada de ceses como la actual. En El Mundo, cuentan que Menéndez, o "Treméndez" siempre ha tenido fama de "comisario político" y de "autoritario", y a nadie se le escapan sus conexiones "al más alto nivel". Santiago Menéndez, nuevo director de la Agencia Tributaria, no sólo tiene mano en Génova 13, sino también en el Palacio de la Zarzuela.
La conexión con la Corona llega a través de su hermano Adolfo, abogado del Estado, que fue subsecretario de Defensa con Eduardo Serra entre 1996 y 2000 y luego repitió cargo en Fomento, en el segundo mandato de Aznar, pero esta vez a las órdenes de Cascos. Ahora, Adolfo Menéndez es secretario general de la Fundación Príncipe de Asturias. Pero la relación entre el Rey y la familia Menéndez no se circunscribe únicamente al subordinado de Serra. Además, su tío Aurelio Menéndez fue preceptor de don Felipe, ministro en la Transición y uno de los socios fundadores del bufete mercantilista por antonomasia: Uría y Menéndez.
Tanto es así que en el último paquete de concesiones nobiliarias sancionadas por el Rey figura, junto a Vicente del Bosque o Villar Mir, el tío del nuevo director de la Agencia Tributaria, Aurelio Menéndez, como nuevo marqués de Ibias.
La relación entre Serra y el Rey fue fluida e intensa durante la primera legislatura de Aznar, a partir de 1996. Serra, buen amigo de la reina Sofía, traba interesantes relaciones con el Rey al hacer de correa de transmisión entre Zarzuela y Moncloa, ya que las relaciones entre Aznar y don Juan Carlos no eran las mejores, según cuenta García Abad en La soledad del Rey. Precisamente, la conexión Borbón-Serra alumbró jugosos contratos armamentísticos al otro lado del Atlántico, y granjeó importantes puestos en multinacionales americanas relacionadas con Defensa para sus colaboradores en el Ministerio. El propio Eduardo Serra, una vez apartado del Ministerio de Defensa, fue nombrado presidente del patronato del Museo del Prado y lo primero que hizo fue entregarle la medalla de oro del museo, la primera, a su majestad el Rey.
Así las cosas, no es de extrañar que algunos altos cargos de la Hacienda Pública que fueron represaliados por Zapatero digan que "poner a alguien tan sectario al frente de algo técnico como Hacienda sólo puede acabar o muy mal o peor". Tampoco extraña que sea Santiago Menéndez el encargado de dirigir el rumbo de la Agencia Tributaria cuando en ella encallan asuntos tan delicados como las sanciones a Cémex o la implicación de la infanta Cristina en supuestos delitos de fraude fiscal y facturas falsas.