El secretario general de UGT, Cándido Méndez, resta importancia este sábado al escándalo de facturas falsas de la federación andaluza del sindicato que encuadra "dentro de un componente de acoso a las organizaciones sindicales que se remonta a mucho tiempo" y descarta que se pueda hablar de "un caso UGT" , aunque sí reconoce que "hay problemas que tenemos que enfrentar".
En una entrevista publicada en el diario El País, dice que en el sindicato "seguimos pensando que, en general, las cosas han funcionado correctamente" y considera que "ha podido haber descontrol en la atribución de facturas, desorden, facturas imputadas de forma injustificada" pero que "hoy por hoy, a mi juicio, nadie con una base sólida puede afirmar que se ha ido más allá".
"Ha podido haber errores, problemas de control, pero no creo que haya habido mala fe, ni voluntad de incorporar una factura que no corresponda con la atribución correcta a un programa de una actividad (...) No creo que llegue ese momento en que se descubra que ha habido enriquecimiento personal de nadie en la UGT. No lo creo", mantiene Cándido Méndez.
En esta línea, el líder de UGT prefiere ver el lado positivo y destaca que "en España se dimite poco y aquí se a echo, más allá de cuando se produce la dimisión", en alusión a la tardanza desde que se hizo público el escándalo a la dimisión de Francisco Fernández Sevilla, secretario general de la federación andaluza de UGT.
Cándido Méndez también aprovecha la oportunidad de justificar el supuesto desconocimiento que tenía el sindicato de lo que estaba sucediendo en Andalucía: "mi organización está muy descentralizada y no puedo inventarme una organización distinta hacia el pasado. Por tanto, nosotros no tenemos por qué tener conocimiento. Es más, nuestra sensación es que allí las cosas se hacían correctamente. En Andalucía, se hacían y solicitaban auditorias externas".