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Camacho, Rivera y Navarro, una fotografía inédita en la política catalana

La Delegación del Gobierno en Cataluña ha conseguido unir a los partidos constitucionalistas. Artur Mas y su partido decidieron no acudir.

La Delegación del Gobierno en Cataluña ha sido el escenario de una fotografía inédita en la historia política catalana. La delegada, Llanos de Luna, a quien el independentismo distingue como una de sus "bestias negras", ha logrado reunir en la misma instantánea a los máximos dirigentes del PP, Ciutadans y el PSC en Cataluña. Alicia Sánchez Camacho, Albert Rivera y Pere Navarro fueron, junto a la delegada, los grandes protagonistas de la recepción organizada por Llanos de Luna en la sede gubernamental en Cataluña para celebrar el 35 aniversario de la Constitución.

A pesar del carácter exclusivamente institucional de la celebración, la Generalidad catalana no envío a ningún representante, una prueba más del desprecio de Artur Mas y sus consejeros por las más elementales normas de la cordialidad política y la urbanidad institucional. No estaba prevista la presencia de Artur Mas, que ya sólo acude a los actos en los que su protagonismo exclusivo está garantizado, pero sí la de la vicepresidenta de la administración regional, la democristiana Joana Ortega, quien en privado trata de mantener unas relaciones cordiales con los dirigentes del PP con los que antes de ser nombrada segunda del ejecutivo autonómico tenía una gran complicidad personal y política.

Sin embargo, desde la manifestación del 11 de septiembre de 2012 la política catalana se ha vuelto una actividad áspera y bronca en la que los enfrentamientos políticos amenazan las relaciones personales. Ese ambiente de marcadas distancias (sandalias en ristre, insultos a los diputados "españolistas" en sede parlamentaria y exclusiones mediáticas) ha contribuido, no obstante, a aproximar las posiciones de los tres partidos desmarcados del proceso independentista. Que PP y Ciutadans, pese a los recelos mútuos entre Rivera y Camacho, comparten parecida lectura de la deriva convergente se ha puesto muchas veces de manifiesto en los últimos meses y esa imagen se asentó definitivamente en la manifestación del pasado 12 de Octubre. Este viernes volverán a coincidir en la manifestación por la Constitución organizada por "Som Catalunya, Somos España", la entidad que lidera el exdiputado de Ciudadanos José Domingo. Allí no estará el PSC de forma oficial, pero en las últimas semanas se prodigan los acercamientos de la cúpula socialista catalana a las entidades contrarias al "derecho a decidir", así como al PP y Ciutadans.

El encargado de estos contactos es el exministro de Trabajo, exalcalde de L'Hospitalet y diputado autonómico Celestino Corbacho. El PSC ha declinado participar en la manifestación constitucionalista con el argumento de que tampoco participan en las manifestaciones de la Diada, pero el pasado año tampoco participaron en la recepción en la Delegación del Gobierno, por lo que la presencia de Pere Navarro en este acto se interpreta como un paso más en la configuración de una alternativa al bloque independentista que forman CiU, ERC, IC y las CUP de Daniel Fernàndez. La imagen de Navarro brindando junto a la delegada Llanos de Luna, Sánchez Camacho, Albert Rivera y el subdelegado del Gobierno en Barcelona, Emilio Ablanedo es la primera toma gráfica de lo que empieza a llamarse "bloque constitucionalista", a pesar de que el PSC mantiene la ambigüedad sobre el denominado "derecho a decidir" y propone profundos cambios en la Constitución.

Navarro recibe muchos reproches (incluso internos) por su propensión a desmarcarse de las tesis del PP y Ciudadanos, pero son más sonoras, estridentes y abultadas las críticas, advertencias y descalificaciones procedentes de CiU, ERC e Iniciativa tras haber abandonado el frente secesionista (lo que cuestiona de plano la consistencia de la mayoría parlamentaria a favor de romper con España) y también tras romper el cordón sanitario respecto a PP y C's. La fotografía propiciada por Llanos de Luna en la Delegación del Gobierno en Cataluña es para Navarro una imagen de alto riesgo, entre otras razones porque el sistema mediático catalán le declaró una guerra editorial desde el mismo momento en que se bajó del tren soberanista y se enfrentó al sector nacionalista de su partido.

No es que se esté a un paso de una "entente" entre C's, PP y PSC ante el desafío secesionista, pero la fotografía en la Delegación del Gobierno rompe con una "tradición" de décadas en la política catalana y supone un "acto de normalidad" contradictoriamente revolucionario, tal como destacaban muchos de los presentes en la recepción.

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