La Sección Cuarta de la Audiencia Nacional ha condenado este jueves a José Javier Arizcuren Ruiz, Kantauri a 56 años de prisión por el asesinato del concejal del PP, Alberto Jiménez Becerril y su esposa Ascensión García en Sevilla en 1998.
El tribunal considera al etarra autor de un delito de atentado terrorista en concurso ideal con homicidio terrorista (en el caso del concejal) y un delito de homicidio terrorista (en el caso de la muerte de la esposa).
La Sala considera probado que, desde finales de 1994, Kantauri era el jefe de los llamados grupos ilegales de ETA y responsable de todos sus actos criminales, entre otros los del llamado gurpo Andalucía.
Los magistrados de la Audiencia Nacional explican en su sentencia –cuya ponencia ha correspondido a Ángela Murillo- que se han recabado "abundantes pruebas de cargo" que acreditan que fue este responsable de ETA quien ordenó el asesinato del concejal PP en Sevilla.
"Darle a los políticos del PP"
En el relato de hechos probados, la Audiencia explica que fue Kantauri el que mantuvo una reunión en Francia con los etarras José Luis Barrios, Mikel Azurmendi y María Teresa Pedrosa -ya condenados por llevar a cabo este atentado- y les dio cuatro pistolas e "instrucciones concretas" para atentar contra "personas pertenecientes a la política" siendo tristemente elegido Alberto Jiménez Becerril, entonces concejal del Ayuntamiento de Sevilla.
Siguiendo las directrices de Kantauri el grupo Andalucía de ETA le quitó la vida a él y a su esposa Ascensión García el 30 de enero de 1998 de madrugada en la capital hispalense. El matrimonio dejó huérfanos a tres hijos que ahora deberán ser indemnizados con un millón de euros, según fija la sentencia, en concepto de responsabilidad civil.
En la resolución, el tribunal recoge las cartas que el ex jefe José Javier Arizcuren Ruiz enviaba a los miembros de los grupos de ETA que contralaba insistiéndoles una y otra vez "en lo importante" que era "darle a los políticos del PP". "Deciros que cualquier político del PP es objetivo (...) Hacer acciones directas", ordenaba Kantauri.
Por todos estos motivos, la Audiencia lo condena ahora a 56 años de prisión aplicándole el agravante de alevosía y la atenuante de dilaciones indebidas ya que la causa se paralizó en 2004 y volvió a reactivarse ocho años más tarde.
Ya que esta condena se fija de acuerdo al Código Penal de 1995, este terrorista sí que deberá permanecer cuarenta años íntegros en prisión por estos dos asesinatos. No le valdrá la anulación de la 'doctrina Parot'.