Alberto Fabra todavía tendrá que esperar un poco más. Hace unas semanas, se adelantó a Génova y se proclamó candidato a las próximas elecciones en la Comunidad Valenciana. Poco después, fue ni más ni menos que María Dolores de Cospedal la que le advirtió de que aún no se había tomado una decisión. Este martes, en una nueva puesta de largo en Madrid, fue arropado por el Gobierno y el PP y recibió toda clase de elogios de Mariano Rajoy, si bien no se confirmó su designación.
En la práctica, los círculos populares dan por hecho que será el candidato. "¿Hay otra opción?", suelen responder los cargos consultados. Además de Rajoy, cuatro ministros acompañaron al líder autonómico. La dirección nacional estuvo representada por el valenciano Esteban González Pons -fue llamativa la ausencia de Cospedal, con agenda en Toledo- y destacados miembros del Ejecutivo y el PP regional se trasladaron a la capital.
Una fotografía potente pero sin sorpresas. Rajoy ofreció a Fabra un espaldarazo claro, pero no el gran anuncio. "Gobierna en momentos difíciles, pero los buenos gobernantes son los necesarios en estos tiempos", le dijo, además de tacharle de "amigo". Cuando al presidente valenciano le preguntaron por su futuro político, éste guardó silencio. "No es el momento", insisten.
Fabra, por su parte, fue mucho más cauto en Madrid que en Valencia: "Yo estoy aquí al lado del presidente. Creo que en momentos difíciles hay que estar a la altura de las circunstancias arropado por el Gobierno y por el partido, y eso te da fuerzas", argumentó. Aún más, "me siento muy respaldado y muy a gusto en esa necesidad de seguir trabajando por los ciudadanos".
"¿Quiere ser usted candidato?", se le repreguntó en los desayunos organizados por Europa Press. "Por supuesto", contestó, aunque incluyendo un importante matiz: "Es una decisión que tendrá que tomar el partido" y mientras la espera seguirá "trabajando para tener un proyecto al frente".
No aceptará tratos bilaterales
Por lo demás, el líder valenciano articuló un discurso muy reivindicativo en el plano económico. A pesar de los llamamientos del Ejecutivo a la calma, urgió a revisar el modelo de financiación autonómica dejando claro cuáles son sus líneas rojas. El sistema actual "es injusto y crea desequilibrios entre territorios", denunció con Rajoy a su izquierda. La clave, a su juicio, es garantizar "que los derechos de los ciudadanos sean los mismos en cualquier punto de España", cosa que hoy no ocurre.
Capítulo a parte le dedicó a Cataluña. En total consonancia con Alberto Núñez Feijóo y otros homólogos del PP, rechazó tajante la posibilidad de un acuerdo "bilateral" con la Generalidad. "No puede haberlo", zanjó. "En absoluto" aceptará un elemento diferencial para Artur Mas, como así se ha escrito a lo largo del tiempo en los medios de comunicación.
"Debemos hacer un nuevo modelo, presidente, donde se garantice que los derechos de los ciudadanos en sanidad, educación y políticas sociales sean los mismos en cualquier punto de la geografía nacional", reiteró Fabra. En este sentido, se mostró partidario de que se publiquen las balanzas fiscales: "Valencia no tiene nada que esconder" y es partidario de "una absoluta transparencia".