La Policía Nacional ha detenido la madrugada de este miércoles en Barcelona a tres anarquistas acusados de colocar el artefacto explosivo a la Basílica del Pilar que estalló el pasado 2 de octubre en la nave central del Altar Mayor de la Basílica del Pilar de Zaragoza, pocos días antes de la celebración del Día de la Hispanidad.
Los investigadores policiales creen que forman parte del denominado 'Comando Insurreccional Mateo Morral', que asumió la autoría del atentado terrorista. Los detenidos se habrían desplazado desde la Ciudad Condal hasta Zaragoza en transporte público llevando consigo en una bolsa el artefacto explosivo, que provocó importantes daños en el interior del templo y provocó heridas de diversa consideración a una persona.
En esta línea, analizan también su posible relación con el artefacto explosivo colocado en un confesionario en la catedral de la Almudena de Madrid el pasado 7 de febrero, que tenía características similares al de Zaragoza y que fue desactivado por los TEDAX de la Policía Nacional.
Los tres detenidos, que pertenecen a grupos anarquistas con conexiones internacionales responsables de múltiples acciones terroristas, según el Ministerio del Interior, han sido identificados como Mónica Andrea Caballero Sepúlveda (nacida en 1988 en Santiago de Chile, Chile), Francisco Javier Solar Domínguez (nacido en 1979 en Santiago de Chile, Chile) y Valeria Giacomoni (nacida en 1979 en Trento, Italia).
Otras dos personas, que han sido identificados como Rocío Yune Mira Pérez (nacida en 1982 en Santiago de Chile, Chile) y Gerardo Damián Formoso (nacido en 1980 en Buenos Aires, Argentina) y que compartían vivienda con los tres anarquistas detenidos en el barrio de El Carmel, también han sido arrestadas mientras se investiga su relación con los hechos y serán trasladados en próximas horas a las dependencias de la Jefatura Superior de Barcelona, según informaron fuentes del Ministerio del Interior.
Dos chilenos con antecedentes
Los dos anarquistas chilenos ya estuvieron en prisión provisional por hechos similares en su país por el que fue conocido como Caso Bombas, un procedimiento judicial en el que se procesó a 14 anarquistas como integrantes de organización terrorista y responsables de la colocación de más de treinta artefactos explosivos entre 2006 y 2009 en varias localidades de Chile, algunas contra templos religiosos.
Los mismos se trasladaron a España y fijaron su residencia en Barcelona después de que fueran absueltos todos los procesados en un extraño juicio en el que los magistrados desestimaron más de un millar de pruebas e indicios presentados por la Fiscalía, entre los que se encontraban escuchas telefónicas, hasta 17 vídeos que probarían la realización de los atentados e, incluso, las transferencias de dinero que recibieron dos de los imputados desde Italia y que habrían servido para financiar los atentados.
Un grupo "extremadamente peligroso"
En el Congreso, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha afirmado que los dos detenidos chilenos formaban parte de un comando anarquista muy bien organizado, "extremadamente peligroso" y con fuertes conexiones internacionales.
El ministro ha hablado ya con el ministro del Interior chileno, que le ha explicado que los dos detenidos esta madrugada "son muy conocidos por su historial delictivo en Chile".
"Aunque se denomina anarquista e insurreccionalista, (el grupo) estaba muy organizado y tiene amplias conexiones internacionales", ha subrayado el ministro, que ha incidido en que los arrestado ahora destacan por su "extrema profesionalidad y peligrosidad".
Contra el símbolo de la Hispanidad
El grupo de extrema izquierda que asumió la autoría del atentado se había responsabilizado meses antes de la colocación de la bomba en la catedral de la Almudena, que no llegó a explotar.
El pasado 3 de octubre, un día después del ataque contra la Basílica del Pilar, el grupo reivindicó el atentado en un comunicado en el que decía advertir de "que estandartes fascistas como éste no son y jamás serán lugares seguros". "La Basílica del Pilar es uno de los templos significativos para los detentadores del poder. Visitada por Franco en varias ocasiones y por el Papa Juan Pablo II en 1982 y 1984, se erige como uno de los principales símbolos y punto de encuentro del fascismo", afirmaba.
Asimismo protestaba ante el hecho de que "la Virgen del Pilar es patrona y reina de la hispanidad, en el interior del templo cuelgan como verdaderos trofeos las banderas de todos los Estados que dominan el territorio latinoamericano".