La polémica generada por la decisión de Interior de volver a colocar cuchillas en la valla de Melilla parece que no hará dar marcha atrás al Ejecutivo. La medida ha suscitado las críticas del PSOE -que denunciará la práctica ante la Comisión de Derechos Humanos- y ONG como Amnistía Internacional, pero nada indica que las llamadas concertinas vayan a desaparecer.
En declaraciones a los medios de comunicación en el marco el Diálogo Euro-Africano del Proceso de Rabat, el director de Relaciones Internacionales y Extranjería del Ministerio del Interior, Carlos Abella y de Arístegui, se ha remitido a lo dicho por el delegado el Gobierno en la ciudad autónoma para apoyar su uso. "Como dijo, están puestas a ocho metros de altura y realmente también existe riesgo de caídas y muchos otros riesgos", aseguró. "Yo no enmiendo" lo dicho por Abdelmalik El Barkani, declaró.
Abella indicó que el "problema real" es que " La inmigración irregular está controlada por el crimen organizado, y es quien envía estas personas a dañarse, a naufragar en el mar o a perecer". El director de Extranjería de Interior subrayó que "los Estados intentan ser lo más humanos posibles", aunque rechazó pronunciarse sobre si estas técnicas le parecían inhumanas o efectivas.
Se refirió también al plan desarrollado por el ministerio del Interior junto a la Organización Internacional para las migraciones (OIM), para el retorno voluntario de inmigrantes irregulares. "Es una iniciativa pionera, y lo que busca es facilitar la vida y el retorno a sus países de origen de esas personas que han caído en las manos de esas redes de traficantes de seres humanos", explicó. "Por lo tanto las acciones de los Estados siempre intentan ser lo más paliativas y más cooperativas posible", reiteró.
Polémica decisión
El anuncio del regreso de las "concertinas" llegó la semana pasa de mano de delegado el Gobierno en la ciudad autónoma: "A lo largo del perímetro se están colocando medidas anti-intrusión, poniendo una malla antitrepa que imposibilita la introducción de los dedos en la valla", anunció El Barkani. Esto supondrá que los nueve kilómetros regresarán al estado que tenían en 2007, con una "corona" cuchillas en ciertos puntos, y dos metros más de altura.
Las graves heridas que sufrieron los inmigrantes subsaharianos hace seis años obligaron a retirar las concertinas al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero -que las había colocado un año antes- y modificar la configuración: se amplió la valla de tres a seis metros y se instaló una tercera valla intermedia. En aproximadamente un mes, un tercio de esos nueve kilómetros volverán a tener el mismo aspecto que hace seis años.
Proceso de Rabat
Por otro lado, Abella ha aclarado que el tema de las cuchillas en la valla de Melilla no se abordará en este Seminario sobre inmigración, que tendrá lugar en Madrid hasta el miércoles. "Aquí se ha venido a hablar de unas cosas mucho más cooperativas" y el objetivo es "trabajar con los países de origen para mejorar la situación y las cosas", explicó.
El responsable de Extranjería, que ha inaugurado el seminario, ha alabado los logros del Proceso de Rabat que "es único en materia migratoria" se inició en 2006 por iniciativa española. "Hoy en día son sesenta países de la Unión Europea y de África del Norte, del Sahel y de África Occidental", destacó. "Estamos en un buen entendimiento, aunque todos tenemos problemas, y problemas serios" dijo, en referencia a las "recientes tragedias del Mediterráneo donde hubo tantas muertes".
Preguntado por un hipotético aumento de los fondos de Frontex para reforzar la seguridad de las fronteras europeas, Abella aclaró que esta petición no sólo se ha sumado el Partido Popular Europeo, sino que "es una petición de muchos países del sur, pero compartidos también por países del norte y del centro de Europa", explicó. Según dijo, ya en la primera reunión tras los naufragios de Lampedusa celebrada en Bruselas "todos los países coincidían en que Frontex debía ser dotado con más medios".
Carlos Abella y de Arístegui consideró que ahora que se va a aprobar el marco financiero hasta 2020, "este es el momento de plantear" un aumento de fondos. "Frontex ya ha dado un gran servicio en lo que son las operaciones, pero pensamos que no sólo tiene que hacer operaciones", explicó "sino hacer formación -que es la propuesta de España- y aportar elementos para luchar contra las redes de inmigración irregular en origen". Y concluyó: "Hacen falta, efectivamente más fondos, pero hace falta también analizar qué se ha hecho, que ha sido bueno, pero mejorarlo y adaptarlo a las nuevas situaciones".