El pasado 10 de octubre, el aeropuerto barcelonés de El Prat fue el escenario de un grave incidente en el que una médico y una enfermera del Servicio de Emergencias de Cataluña (SEM), pusieron en riesgo la vida de un paciente crítico que había sido trasladado desde Baleares y que estaba destinado a la unidad de grandes quemados del Hospital Valle de Hebrón de la Ciudad Condal.
Tal y como publicó Libertad Digital, diferentes fuentes -que fueron testigos de la escena- aseguraron que tanto la enfermera como la médico del SEM se negaron a identificarse ante la pareja de guardias civiles que custodia el acceso a la pista del aeropuerto por no reconocer a los agentes como "autoridad competente". De este modo, demoraron el traspaso del paciente crítico del avión medicalizado del servicio balear de emergencias a la ambulancia que tenía que trasladarle inmediatamente al Valle de Hebrón.
Según fuentes del SEM consultadas por este periódico, se trató de un "hecho fortuito" y negó que tanto la médico como la enfermera se negaran a identificarse. En cualquier caso, fuentes de toda solvencia consultadas por Libertad Digital indican que la Gerencia del Servicio de Emergencias de Baleares 061, recabó toda la información en cuanto tuvo conocimiento de lo sucedido y elevó una queja formal a la Generalidad de Cataluña (Servicio de Emergencias). Las mismas fuentes, indican que dicho servicio tuvo respuesta inmediata del SEM indicando que se había procedido a la apertura de un expediente informativo bajo la promesa de esclarecer lo sucedido y depurar responsabilidades.
Hasta aquí llegaron las gestiones realizadas por la Gerencia del 061 tras conocer los sucesos acaecidos el día 10 de octubre. Lo que resultó sorprendente es que unos días después, la escena volvía a repetirse con la misma médico y la misma enfermera. Esta vez, en cambio, las comunicaciones entre la Gerencia de Emergencias en Baleares y el SEM a través de los centros de coordinación, fueron en tiempo real, ya que contaban con el precedente de unos días atrás.
En las comunicaciones que se establecieron entre los centros de coordinación durante el segundo incidente, las autoridades catalanas de emergencias comunicaron que estaban tratando de solucionar el problema con los agentes de la Benemérita y sus profesionales sanitarios. Finalmente, el incidente se solucionó, como ya contó LD, gracias a una ambulancia de Aena que trasladó al enfermo desde el avión medicalizado en la pista, hasta la entrada donde se encontraba la ambulancia del SEM, donde ninguna de las dos representantes del servicio de emergencias catalán accedió a identificarse.
Las fuentes consultadas por este periódico explican que se produjo un gran enfado entre los especialistas de emergencias en Baleares, ya que entendían que la actitud de la médico y la enfermera catalanas no sólo significaba una falta de respeto para sus colegas mallorquines, sino porque, sobre todo, se trataba de una falta de respeto y de profesionalidad mayúscula hacia los pacientes que sufrieron los imperdonables retrasos en el aeropuerto de El Prat.
Hasta la fecha, la Gerencia de Emergencias 061 en Baleares no ha recibido más respuesta de la Generalidad que la promesa de esclarecer los hechos y depurar responsabilidades, aunque no tienen constancia de qué medidas se han tomado -si es que se han tomado- por la actitud de la médico y la enfermera que antepusieron su separatismo a la salud de dos enfermos críticos.
En cualquier caso, Libertad Digital ha podido saber que durante el último traslado aéreo realizado al aeropuerto del Prat, el traspaso del paciente se ha llevado a cabo sin que se haya registrado problema alguno.