La ausencia del PSC en la concentración en Barcelona del 12 de octubre fue un "error histórico", en palabras de la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho. Pero el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, no quiso dedicarle hoy más que un esquinazo: "Ya me he posicionado y me remito a mis declaraciones". El desmarque de los socialistas del acto sólo ha sido explicada hasta el momento por la secretaria de Política Europea del PSC, Esther Niubo: "No vamos a manifestaciones que alientan el enfrentamiento".
Si Rubalcaba participa o no de este pensamiento es algo desconocido, pues no quiso responder a la pregunta sobre esta ausencia del PSC en la rueda de prensa posterior a la Ejecutiva de su partido, este lunes en Toledo.
En su lugar, aprovechó la pregunta para condenar "con la misma convicción y rotundidad" que con el ataque a Blanquerna, "los ataques que han sufrido mis compañeros" del PSC en la noche del domingo. "No porque sean mis compañeros sino porque son políticos, jóvenes que estaban ejerciendo la política en democracia y que han sufrido un ataque intolerable, indecente, por parte de grupos fascistas, fascistas", repitió "hablando en plata".
Donde no es tan claro el secretario general del PSOE es explicando la imposible coordinación de posturas con su filial catalana, el PSC, cuyo primer secretario, Pere Navarro, optó al igual que el portavoz de CIU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, por no acudir a la manifestación convocada por la plataforma Som Cataluña. Somos España. Su ambigüedad contrasta con el entusiasmo que el mismo Rubalcaba expresó en los corrillos del Palacio Real tras escuchar al Príncipe de Asturias. "Una innovación afortunada" dijo después de brindar "por lo que nos une" junto al Príncipe de Asturias.