La madre de la niña de 12 años hallada muerta en un municipio cercano a Santiago de Compostela el pasado fin de semana ha llegado a las 11:44 horas acompañada de su abogada a una finca de su propiedad ubicada en Montouto (Teo) próxima al lugar en el que apareció el cuerpo sin vida de la menor. La Policía Científica registra esta casa, que Rosario P.O. heredó de sus padres y en la cual se encontró cuerda similar a la hallada al lado del cadáver de Asunta, unos restos que ya han sido trasladados a las dependencias de la Guardia Civil en Madrid para comprobar si pertenecen a la misma serie.
Hasta esa vivienda se acercó también en torno a las 14.30 horas el juez que instruye la causa. Sobre las 14.55 horas, el padre de la niña, que permanece en libertad, aunque imputado, también salió de la casa, en la que permanece la madre, que fue detenida el martes a mediodía.
Imputados por homicidio
El Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSJG) ha aclarado que la imputación tanto para el padre como para la madre de la pequeña, la abogada Rosario P.O., es por homicidio, aunque el juez podrá concretar estas imputaciones una vez que ambos declaren en el juzgado. Ambos pases a disposición judicial no está previsto que se produzcan este miércoles.
Según el TSJG, en función del tiempo que se dilate el registro en esta vivienda de Montouto y las pruebas recabadas, los agentes se desplazarán ya este mismo miércoles o lo dejarán para otra jornada a las viviendas en la que la niña residía con su madre y en la que vivía el padre tras su separación, ambas ubicadas en pleno casco urbano de Santiago de Compostela.
El padre al estar imputado ha podido contar con la asistencia de un abogado durante el registro que se practica en la vivienda de Montouto. Si Alfonso B.C. acudiese como testigo y no como imputado a ese registro, si aparece alguna prueba en su contra, luego podría quedar inutilizada para el proceso judicial. Además, al contar con asistencia letrada, sus derechos quedan más amparados ante eventuales preguntas que surjan durante el registro.
"Me han matado a mi única hija"
Según publica La Voz de Galicia, Alfonso Basterra siempre fue un hombre discreto. En el tanatorio, ante la urna de cristal en el que reposaban los restos de Asunta, expresaba entre sollozos su desconsuelo al recibir los pésames: "Me han matado a mi única hija. ¿Qué voy a hacer yo ahora? ¿Cómo voy a aguantar este dolor los años que me quedan?"
Este periodista especializado en información económica se estableció muy joven en Santiago, en la década de los ochenta. Colaboró con la prensa local, fue corresponsal de un diario económico nacional e hizo trabajos para distintos medios televisivos y radiofónicos. No obstante, personas de su entorno señalan que su vida profesional estuvo en segundo plano respecto a su dedicación a su familia y, en especial, a su hija Asunta. Era su ex esposa, Rosario Porto Ortega, la que mantenía una vida profesional muy activa, como abogada y cónsul honoraria de Francia en Santiago, cargo este que desempeñó hasta finales del 2006.
Sus allegados destacan que la pareja mantenía una buena relación tras su separación hace aproximadamente un año y que se les podía ver juntos con la niña, que incluso disfrutaron de unos días de vacaciones el pasado mes de agosto en la casa que Rosario Porto, que heredó un importante patrimonio de su familia, tiene en Vilanova de Arousa.
Detenida por contradicciones
La abogada Rosario Porto fue arrestada este martes imputada por la Guardia Civil por la comisión de un presunto delito de homicidio, debido a "incongruencias y ambigüedades", y por "versiones contradictorias" sobre la desaparición de la menor, han indicado a Efe fuentes de la investigación.
La detención de Rosario P.O. se precipitó a raíz de que su relato de los hechos se vio cuestionado al descubrirse unas imágenes en las que puede verse a Asunta junto a ella en el coche a una hora del sábado en la que supuestamente la niña ya habría desaparecido.
La mujer aseguró a la policía que llegó a su piso del centro de Santiago en torno a las 21.30 horas del sábado y que Asunta ya no estaba allí. La desaparición de esta niña china, que había sido adoptada cuando tenía menos de un año, fue denunciada ante la Policía sobre las 22.30 horas del sábado y apareció muerta en torno a la 1.30 horas del domingo en una pista forestal de un municipio vecino de Santiago de Compostela.