En plena polémica por el Barrio Sésamo independentista de TV3, el Ayuntamiento de Barcelona prepara visitas infantiles al Borne, el nuevo mausoleo nacionalista de la ciudad. Allí, los escolares y el público en general disponen de un "material didáctico" que pretende demostrar la existencia de un Estado catalán a comienzos del siglo XVIII cuya resistencia "está en las bases de la Europa constitucional de las libertades y la democracia".
El Mercado del Borne se ha convertido en la última gran atracción de Barcelona. Se cuentan por miles los ciudadanos que visitan cada día las imponentes instalaciones y las dos exposiciones de lo que el Ayuntamiento ha bautizado como El Born Centre Cultural, 74 millones de euros invertidos en paralizar las obras de una biblioteca y erigir sobre unos escombros de discutida datación la leyenda de un Estado catalán.
Los mismos funcionarios culturales que han prohibido el rodaje de la serie Isabel en el Salón del Tinell por falta de "rigor histórico" son los artífices del mausoleo catalanista, presidido por una señera izada en un mástil de 17 metros y 14 centímetros. Reman a favor de la corriente administrativa. En diciembre, el Centro de Historia Contemporánea de Cataluña (dependiente del Departamento de Presidencia de la Generalidad) y la Sociedad Catalana de Estudios Históricos tienen previsto celebrar el simposio España contra Cataluña: una mirada histórica (1714-2014), cuyo título ya despeja cualquier duda.
En el caso del Mercado del Borne, la escenografía, los paneles explicativos y el abundante material audiovisual, que incluye un espectacular documental a dos pantallas sobre la batalla final, con profusión de tiros, cañonazos y cargas de caballería, se basan en el argumentario de una Cataluña constituida en la nación Estado más próspera y avanzada del mundo, que es sometida a una limpieza étnica en toda regla por parte de una España retrasada, inculta, brutal y absolutista. Y así, hasta hoy en día.
Las explicaciones de los paneles, de los dípticos, los textos de la exposición inaugural, inciden en esa tesis a la luz, se puede leer en la propaganda, de "las últimas aportaciones científicas y conocimientos alcanzados en esta temática". Tales hallazgos llevan por título "¡Hasta conseguirlo! El asedio de 1714", y es una exposición que presenta la Guerra de los Catalanes de 1713-1714, que fue el epílogo de la Guerra de Sucesión española", reza el material informativo editado al efecto.
Pero no sólo se registra una nueva guerra en los anales de la historia, esa particular guerra epílogo de los catalanes, sino la existencia de un Estado catalán perfecto abocado al desastre por la traición de unos y la brutalidad de otros.
La nueva historiografía catalana condensada en los textos de la exposición se muestra clara al respecto:
- Causa del conflicto. La versión actual es simple y directa:
Ante la implantación de la política despótica de los Borbones, que amenazaba las constituciones y las libertades catalanas, Cataluña, referente constitucional del sur de Europa, se convirtió en pilar de la causa austriacista.
- Causas de la derrota. Más clara aún la causa de la derrota:
En 1713 Inglaterra y Holanda firmaron la Paz de Utrecht, con la que vulneraban el Tratado de Génova de 1705, por el que los ingleses se habían comprometido a garantizar la pervivencia del Estado catalán.
Además de los ejércitos inglés y holandés, las fuerzas de Carlos III también abandonaron Cataluña, que fue ocupada progresivamente por españoles y franceses hasta el asedio de Barcelona, que capituló el once de setiembre de 1714.
- Un "petit pais" libre y constitucional. Los porqués de la "Guerra de los Catalanes" son obvios:
En la campaña de 1713-1714 y en el sitio de Barcelona los catalanes lucharon por las libertades y contra la barbarie absolutista con determinación y coraje. El gesto de este pequeño país libre y constitucional, pese a la derrota, está en las bases de la Europa constitucional de las libertades y la democracia.
- Hechos:
A las dos del mediodía, Villarroel aconsejó la capitulación, que puso fin al asedio. La Guerra de Sucesión en Cataluña acabó posteriormente con la rendición de Cardona. La libertad del pueblo catalán y sus derechos y constituciones quedaron abolidas y, trescientos años después, aún no nos han sido devueltos.
- Y consecuencias:
La ocupación de la ciudad, el 11 de septiembre de 1714, supuso una auténtica catástrofe. El Estado catalán y sus instituciones fueron abolidos y alrededor de treinta mil personas marcharon al exilio.
El director de esta nueva instalación municipal, Quim Torra, dejó muy claro el propósito al afirmar que los cimientos del viejo mercado que pudo ser biblioteca provincial eran "la zona cero de Cataluña", una comparación en la línea de equiparar la cadena de la vía catalana con la Cadena Báltica que supuso la liberación de Letonia, Lituana y Estonia de la Unión Soviética. También anunció que la exposición y el Borne deberían ser de visita obligada en las escuelas, lo que cobra una nueva dimensión a la luz de la polémica sobre el informativo infantil de TV3 dedicado a promocionar la causa independentista entre los niños. La "zona cero" del catalanismo y la zona cero de la actualidad política en un solo edificio.
Al efecto de facilitar las visitas escolares, el Ayuntamiento ha organizado ya un amplio operativo con monitores, material específico, horarios especiales y actividades ad hoc para los colegios que ya está a su disposición. Pero no ha hecho falta esperar a noviembre, mes en el que está previsto que comiencen las visitas regladas. Son muchos ya los colegios que aprovechan la entrada gratuita en el recinto para mostrar a los niños los restos arqueológicos que albergaron tan gloriosas y felizmente recuperadas hazañas bélicas.
El tono general es de una grandilocuencia épica. Se están narrando unos episodios nacionales y en los textos se detectan efluvios revertianos. "Un martes de ira" es el título de uno de los capítulos de la exposición, como "Un día de furia" de Pérez Reverte. Sobre una gran pantalla negra se proyecta la imagen de un soldado que carga su mosquete y dispara. Se trata de un gift que se repite constantemente, preludio de la película que espera en la siguiente sala. Dos pantallas laterales reciben al visitante en ese espacio absolutamente a oscuras. Se proyectan escenas que parecen extraidas de El Patriota de Mel Gibson.
La Coronela resiste heróica. Los borbónicos avanzan. En ese mismo sitio en el que el espectador puede sentir el escalofrío de las balas. Está en pleno territorio comanche. En otra sala, una vitrina con juguetes rescatados de la fosa común.
Allí se encuentran con un estilismo museográfico que se pretende de una solemnidad incontestable.
Las piedras iluminadas, los paneles/lápida de las explicaciones, la oscuridad en las salas de exposiciones, todo intenta reproducir la sensación de espacio sagrado. Cientos de personas se mueven a la vez por el recinto casi en silencio, muchos, segura y sinceramente sobrecogidos por lo que dicen que pasó. Los niños atienden las explicaciones de sus profesores.