La sesión de la tarde en el juicio del caso Faisán estuvo protagonizada por la declaración del comisario Carlos Germán, el hombre que estaba a cargo del operativo policial contra la estructura de extorsión de ETA el día del chivatazo y el designado también para investigar quién y con qué motivación se realizó la delación a la organización terrorista.
El alto mando policial detalló durante varias horas a preguntas del fiscal cómo se enteraron del soplo a la banda –a través de la baliza con micrófono colocada en el coche particular de Joseba Elosúa– y cómo fue el proceso investigador que llevó a su equipo a considerar que Enrique Pamiés y José María Ballesteros fueron los autores materiales del mismo.
Sobre la motivación del chivatazo a ETA, se mostró seguro de que la misma era "política" y que el objetivo del mismo era impedir la detención del dirigente del PNV Gorka Aguirre. De hecho, hizo alusión a una conversación telefónica con un periodista de La Razón, días después, en la que Pamiés "reconoce que lo que se estaba haciendo ese día es hacerle un favor a Gorka Aguirre".
En esta línea, Germán dijo que Pamiés le llamó en plena investigación por el soplo a ETA para interesarse "especialmente" por la diligencia de reconocimiento fotográfico que se había hecho en la Audiencia Nacional con Joseba Elosúa, para tratar de identificar a la persona que le había pasado el móvil del chivatazo al dueño del Faisán, para saber si había dado algún resultado, positivo o negativo.
En su declaración, el investigador policial consideró "inverosímil" la coartada del etarra-confidente que han planteado las defensas. "La posibilidad del confidente es inverosímil. No tiene ningún sentido. El Jefe Superior de Policía del País Vasco sabe dónde está la UIP y el propio jefe de la Policía en San Sebastián le había avisado la noche anterior de la operación. ¿Y para eso mandas a alguien desde Vitoria, que está haciendo un curso de 4x4, que no conoce la frontera? No tiene sentido, se enviaría a una persona de su confianza desde San Sebastián, que está a apenas 20 kilómetros y que conoce la frontera", dijo Germán.
"¿Por qué oculta a la investigación que el señor Ballesteros estuvo en el Faisán cuando es una información trascendental para el equipo investigador? Además, le da una coartada o cobertura oficial, al firmarle para ese día una comisión de servicios en Cantabria, en el curso de 4x4", continuó el alto mando policial.
El chivatazo lo ordenó García Hidalgo
Tras casi tres horas respondiendo a las preguntas del Ministerio Público, el comisario Carlos Germán tuvo que responder a las preguntas de los abogados defensores de Enrique Pamiés y José María Ballesteros.
Preguntado por el informe entregado por el entonces Director Adjunto Operativo (DAO) de la Policía Nacional, el mayor cargo del escalafón policial, el ahora fallecido Miguel Ángel Fernández Chico, en el que se echaba por tierra su investigación policial, aseguró que "yo fui amenazado de que si yo presentaba un informe de conclusiones diciendo que había una motivación política en el chivatazo, el DAO iba a presentar otro deslegitimando el que yo iba a presentar".
"El DAO estaba de acuerdo con nuestro informe hasta que presentamos el informe con las imágenes de Ballesteros saliendo del Faisán. Él sabía perfectamente quién había hecho la filtración y quién la había ordenado. Nuestra convicción es que fue una orden política del Director General de la Policía, Víctor García Hidalgo", aseguró el investigador policial.