Por su parte, el Presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), Mario Arnaldo, asegura que "los radares no cumplen una función preventiva, sino que tienen un claro fin recaudatorio". El presidente de la AEA no entiende por qué en vez de intentar luchar para evitar las infracciones, únicamente la DGT actúa a posteriori.
Arnaldo recuerda que el año pasado la DGT puso un total de 1.380.000 multas, y sólo en el 10% de ellas los conductores fueron parados por los guardias de tráfico. "Si realmente quieren prevenir accidentes deberían poner más guardias civiles en las carreteras", asegura.
Para Mario Arnaldo las cifras son demoledoras: únicamente 7 radares fijos estarían ubicados en los 180 tramos más peligrosos de nuestras carreteras según los datos de su asociación.
"No juegan limpio"
Además, siempre según la AEA la DGT no juega limpio a la hora de decir las cifras de accidentes, ya que confunde exceso de velocidad con velocidad inadecuada. Si un conductor tiene un accidente en la autopista a 110 kilómetros por hora una noche con lluvia, ese accidente se ha producido por una velocidad inadecuada a las circunstancias, no por un exceso al límite de velocidad establecido.
Pero si se acude al último anuario de accidentes publicado, el de 2011, podrá ver cómo en esta ocasión sí se separan ambos conceptos, mostrando el número de accidentes reales por exceso de velocidad en las carreteras. El porcentaje total de accidentes en vías interurbanas es únicamente de 1,3 %, no estando ni siquiera entre las cinco causas habituales de accidentes, por detrás de saltarse los stops o no respetar la prioridad, por ejemplo.
Mario Arnaldo recalca que no por ello quita importancia a concienciar y reforzar la seguridad en las autopistas, sino que simplemente señala la necesidad de subir los límites de velocidad, diferenciando si es de día o de noche como ocurre en Francia.
Para el presidente de la AEA otra prueba clara de la intencionalidad oculta de la política de radares es el hecho de que el 90% de las multas puestas en carretera por exceso de velocidad, únicamente superaban el límite en menos de un 10% a lo establecido; "los radares ejercen una función de peaje".
Por último, en referencia a los carteles de la DGT el presidente de la AEA es categórico: "la portavoz de la DGT se equivoca. El aviso previo del radar mediante carteles es un imperativo legal, deben de ser anunciados 500 metros antes del mismo", asegura el presidente de la asociación de automovilistas.