El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, ha anunciado en una rueda de prensa breve y confusa que "a finales de agosto" renunciará a la presidencia de la región. El socialista no se ha prodigado en palabras y ha admitido muy pocas preguntas por parte de los periodistas allí presentes.
Griñán hará efectiva su renuncia después del primer consejo de Gobierno y ha afirmado que "son varios y de diversa naturaleza" los motivos que le han llevado a tomar esa decisión. Sin entrar en detalles, ha dicho que los de "carácter personal y familiar han sido los más determinantes". Preguntado por el caso de los ERE fraudulentos –solo ha habido una cuestión sobre este asunto-, el socialista ha admitido que le "afectan cosas en lo personal y, sobre todo, mentiras que se están diciendo".
Además, ha "asegurado" que no hay razones jurídicas para imputar al todavía presidente de la Junta ni razones jurisdiccionales desde el Juzgado número 6, y que ahora, el PP, "va a poder hablar de qué quieren de verdad para Andalucía. "Los ERE tienen un cauce judicial, y la política consiste en decir a los andaluces qué se quiere para Andalucía", ha añadido.
Griñán ha dicho sin inmutarse que impulsó "un proceso de primarias" y que no sabía quién iba a ganarlas. El todavía presidente regional cree que, con Susana Díaz, Andalucía tendrá un gobierno "fuerte, renovado" que garantizará la estabilidad. A su elegida la ha definido como una –futura- presidenta "legitimada, con experiencia, con capacidad, con conocimiento, y además, mujer".
También ha anunciado que seguirá siendo presidente del PSOE y secretario general del PSOE-A, y ha insistido en que "al presidente de la Junta lo elige el Parlamento", cosa que ocurre "en el Parlamento valenciano, en el madrileño o en el Ayuntamiento de Madrid". "Si hubiera sido diputado andaluz quien hubiera ganado las primarias, yo seguiría siendo presidente; si la ganaba alguien que ya es diputada, como es el caso, es mucho mejor favorecer el proceso para evitar equívocos", ha agregado al respecto.