El Gobierno de Artur Mas concedió esta semana un indulto a dos antiguos jefes de la compañía Ferrocarriles de la Generalidad –FGC- que, tras ser condenados a cuatro años y medio de cárcel, disfrutan desde el pasado martes del tercer grado penitenciario tras haber pasado apenas 48 días entre rejas, según informa ABC.
La Generalidad concedió la 'semilibertad' a Enric Roig y Antoni Herce, presidentes de FGC entre 1993 y 2000 –durante la etapa de Jordi Pujol-. Los exgestores de la compañía solo tendrán que ir a dormir a la cárcel de lunes a viernes. La Fiscalía no comparte el indulto y considera "prematura" la concesión del tercer grado.
Ni el tiempo transcurrido de condena, ni el hecho de que no hayan devuelto ni la cuarta parte del dinero desviado, avalan la graciosa medida. Roig y Herce malversaron 2,7 millones de dinero público otorgándose un plan de pensiones ilegal que también alcanzaba a otros exdirectivos.
El consejero de Justicia, Germà Gordó, justificó la medida concedida por ser una "decisión técnica, sin influencias políticas", mientras Artur Mas apeló a que hay "otros precedentes". Ciertamente, y según cifras facilitadas por la Generalidad catalana, el gobierno de Mas dio en 2012 más de 2.000 terceros grados.
En este sentido, los "precedentes" a los que apelaba el líder de CiU puede que fueran, entre otros, el juez Pascual Estevill, el abogado Piqué Vidal –letrado de Pujol en el caso Banca Catalana- o el empresario Javier de la Rosa, quienes también se beneficiaron en su momento del generoso "indulto".