Algunos no teníamos duda ninguna. Los partidos andaluces, sobre todo el PP andaluz e IU, estaban fraguando escenarios para el caso de que antes de que llegase el mes de agosto, el actual presidente de la Junta, José Antonio Griñán, presidente asimismo del PSOE nacional y del PSOE andaluz, fuese imputado por el caso de los ERE. Pero en esto que llegó el interesado y pegó un zapatazo en la mesa del PSOE nacional dando a entrever que podía dimitir en breve, convocando primarias y designado sucesora en la figura de Susana Díaz. Pero lo que quedó bien oscuro fue el motivo. Contingencias externas, dijeron sus portavoces.
Pues la luz se ha hecho. El auto emitido por la juez Alaya esta misma mañana no deja lugar a dudas de que José Antonio Griñán va a ser imputado en el caso de los ERE y ya veremos si en algún otro La razón es muy sencilla y para deducirla sólo hace falta una simple regla de tres. Si Magdalena Álvarez, superpoderosa consejera de Economía y Hacienda del gobierno Chaves, ha sido imputada por la juez Alaya, ya no hay espacio para la incertidumbre de lo que le ocurrá a su sucesor y por las mismas razones. Por si fuera poco, ha sido imputado asimismo el ex interventor general de la Junta de Andalucía, Manuel Gómez, el mismo que llegó a decir que Griñán y demás responsables de la Junta habían cebado el fondo de reptiles ampliando sus partidas presupuestarias.
Tampoco cabe duda ninguna de que el ex consejero José Antonio Viera va a ser asimismo imputado. También lo será, seguramente, su mano derecha y actual consejera de Hacienda y Administración Pública, Carmen Martínez Aguayo (que dijo haber metido las advertencias de Intervención en un cajón para que Griñán no las leyera). Más que probablemente lo será asimismo el ex consejero Vallejo, que mandaba sobre la agencia IDEA y probablemente, Manuel Chaves, en su calidad de presidente responsable de todo este entuerto corrupto de millones e irregularidades. La razón de que Alaya no les haya imputado aún hay que buscarla en la pulcritud de su instrucción y en la astucia procesal que manifiesta, algo que tiene enrabietados a los afectados y a sus defensas. Sabiendo que en el momento que impute a un aforado de la categoría que sea, el caso pasará a instancias superiores, Alaya no quiere que tal cosa ocurra antes de tener atado y bien atado todo el sumario.
Hasta el momento, ya hay más de veinte altos cargos imputados entre viceconsejeros y directores generales, un consejero en libertad bajo fianza, un ex delegado de la Junta en Sevilla condenado y algunos cargos menores más. Cuando este impresionante elenco, al que se unen hoy una ex ministra y ex consejera, la famosa Maleni de Málaga, y el ex Interventor al que Libertad Digital ya señaló como el chivo expiatorio perfecto, se enriquezca con las figuras de Griñán, Viera, Aguayo, Vallejo, tal vez Chaves y algunos otros menores, el espectáculo será de tal dimensión que harán falta unas elecciones anticipadas para contemplarlo en todo su esplendor.