Finalmente, no hubo una gran puesta en escena. Mariano Rajoy saldó el primer pacto con enjundia de la legislatura como le gusta hacer las cosas: de forma discreta, sin convocar a los medios de comunicación, mediante una larga conversación a última hora de la mañana. Con Alfredo Pérez Rubalcaba acordó lo que, por otro lado, ya era un secreto a voces en los círculos políticos: que PP y PSOE irán de la mano a Bruselas para escenificar una España unida contra las políticas de austeridad de Alemania.
Los criterios fundamentales de la estrategia ya se conocían, pero ahora están sobre el papel. Con el apoyo del PSOE y previsiblemente también del PNV y CiU, el presidente pedirá al Consejo Europeo de este mismo mes que desatasque sin demora el plan de empleo juvenil, y que otorgue a la bolsa de ayudas más fondos. Además, instará al impulso de crédito para las pequeñas y medianas empresas por parte del BEI, el Banco Europeo de Inversiones, y medidas de crecimiento con cargo a fondos comunitarios. España también lanzará un mensaje clave de que es necesario avanzar sin cortapisas en la integración fiscal y bancaria.
Este mismo jueves, se dará un nuevo paso a fin de alcanzar la ansiada fotografía de unidad: se reunirán los grupos parlamentarios del Congreso, y se esperan varias adhesiones inmediatas. Fuentes del Ejecutivo dieron por hecho que los partidos nacionalistas mayoritarios -CiU y PNV- pronto dirán que "sí" públicamente. Decisivo, por ejemplo, que el encuentro que mantuvo la vicepresidenta con Duran Lleida en Moncloa el martes. Y entienden que existen posibilidades de que UPyD acabe cediendo, así como otros minoritarios como Foro Asturias y Unión del Pueblo Navarro. "Imposible" ven un acuerdo con Izquierda Unida o ERC.
El calendario parlamentario
En todo caso, los hechos se precipitan llegados a este punto. La escenificación del consenso parlamentario llegará el próximo martes 25, dos días antes de que Rajoy vuele a Bruselas para participar en el Consejo Europeo, en un pleno del Congreso. Ésa es "la fotografía que importa", recalcaron fuentes gubernamentales, rechazando que la falta de un despacho entre el presidente y Rubalcaba quite lustre al papel. "Es muy importante que cuando vayamos a Europa sepan que está el Congreso en pleno detrás", afirmaban.
Para que se celebre ese pleno, el Grupo Popular tiene que registrar este mismo viernes una Proposición No de Ley (PNL) a tal efecto. Aunque, hasta el martes 25, el Ejecutivo ve margen para seguir dialogando y que se sumen otras formaciones. "La disposición es total, pero hay algunas formaciones que ya se han posicionado fuera de Europa, como IU", resumían desde la Moncloa, para evidenciar lo difícil de todo el hemiciclo aplaudiendo el plan de Rajoy en la UE.
Edulcorado rifirrafe entre los líderes
El asunto monopolizó la sesión de control al Gobierno, dejando en evidencia que el pacto estaba cantado. Tanto que este diario ya lo avanzó a finales de mayo. El rifirrafe entre el presidente y el líder socialista fue el más edulcorado de toda la legislatura: "Estoy de acuerdo con usted", se repetían a la hora de hablar de los objetivos de España en Bruselas.
Rubalcaba le instó a que defienda medidas concretas para acabar con el desempleo, en concreto el juvenil, y abrir nuevas líneas de financiación para las pequeñas y medianas empresas. "Hoy el tema más importante, como usted decía, sin ninguna duda es el empleo", respondió el jefe del Ejecutivo.
"Hay coincidencias", reconoció a renglón seguida el dirigente del PSOE. Las mayores críticas de Rubalcaba no se dirigieron a Rajoy, sino a Mario Draghi, responsable del Banco Central Europeo: "Sus declaraciones no son alentadoras", dijo. Pero ello, reclamó dar la batalla: "Es un Consejo fundamental para España". El presidente agradeció el acercamiento: "Haré cuanto esté en mis manos".
Muchos contactos 'discretos'
Culmina así un periodo de incesantes citas y conversaciones discretas, que intentaron que siempre quedaran al margen de la opinión pública. A las nueve de la noche del martes, los cámaras pillaban al líder socialista teniendo un aparte con Miguel Arias Cañete en la Cámara Baja: "Todo va bien", tuvo que reconocen el ministro. El papel de Iñigo Méndez de Vigo, secretario de Estado para la UE y de la órbita más próxima a Rajoy, ha sido muy destacado, como también el de Soraya Sáenz de Santamaría y su hombre en el Congreso, Alfonso Alonso.
El propio presidente, preguntado recientemente sobre su relación con Rubalcaba, desveló que despacha habitualmente con él por teléfono y que, incluso, le ha recibido en la Moncloa sin agenda pública mediante, si bien no cuantificó las ocasiones. Dio la sensación de una relación muy fluida, que ahora propicia el entendimiento: "¿Con quién se lleva mal el presidente?", era la respuesta de su entorno, que recuerdan que su mantra es "escuchar y dialogar" aunque luego tenga que tomar "la decisión que le corresponda".
Pacto con Francia e Italia
Sobre alianzas de futura, la respuesta del Ejecutivo es clara: peldaño a peldaño. Harto conocido es que Rajoy busca de forma incesante que el PSOE le de su mano en la reforma de las pensiones, pero las posturas en este punto sí están muy encontradas. Lo importante ahora, inciden, es la batalla en Europa. Y, encontrado el apoyo nacional, Moncloa busca ahora pactos entre sus socios europeos.
Más concretamente, planean reeditar la alianza con Francia e Italia para forzar a Angela Merkel a tomar medidas. Desde luego, la sintonía con su homólogo francés, François Hollande, parece total y de Enrico Letta, primer ministro italiano, los canales gubernamentales hablan de "hombre serio" con el que "se pueden llegar a acuerdos". Pero lo tienen difícil, admiten, con las elecciones alemanas a la vuelta de la esquina. Pero, "o nos movemos o nos pilla el toro. Los ciudadanos esperan de nosotros que resolvamos sus problemas", inciden desde el Gobierno.