La Mesa del Congreso aprobó el pasado 14 de mayo el pliego de cláusulas administrativas para la concesión del servicio de cafetería de la Cámara Baja. En el Boletín Oficial de las Cortes Generales del pasado viernes podemos comprobar que el valor estimado del contrato asciende a 4.287.500 euros, IVA no incluido.
La cantidad se desglosa por anualidades de la siguiente forma: 2013 –un mes-, 87.500 euros; 2014, 1.050.000 euros; 2015, 1.050.000 euros. Además, se contemplan dos posibles prórrogas para 2016 y 2017, cuyo importe también sería de 1.050.000 euros. Según informa el pliego, "el cumplimiento del contrato queda sujeto a la condición suspensiva de la existencia de crédito aprobado, adecuado y suficiente en el presupuesto del Congreso de los Diputados", y podrán optar a la adjudicación quienes "tengan plena capacidad de obrar, que no se encuentren incursas en las prohibiciones e incompatibilidades para contratar con la Administración (...) y que acrediten su solvencia económica, financiera y técnica o profesional".
El pliego también muestra los precios que tendrán que pagar sus señorías en la cafetería de la Cámara Baja por, poner algunos ejemplos, tomarse un cuba libre de Ron Habana 3 años, un brandy media reserva, una ración de queso manchego o unos Cheetos Pelotazos. El documento reza que el servicio a prestar, "así como la calidad de los artículos y consumiciones (...) deberán ser equivalentes a los de una cafetería de primera categoría", con "marcas comerciales de reconocida calidad y prestigio". Y sí, tal como vemos en el Boletín Oficial de las Cortes Generales del 24 de mayo de 2013, los diputados comen bueno, bonito y barato.
Así, un menú del día de autoservicio compuesto por primer plato, segundo plato y postre, o dos primeros platos y postre, cuesta 9 euros; si el cliente opta por el menú del día de restaurante, deberá abonar 13,40 euros. El precio de los desayunos oscila entre los 1,05 y los 2,10 euros, dependiendo si se escoge el 1 –"leche o café o infusiones o chocolate o leche con cacao", será por opciones, con "tostada o barrita plancha o bollería básica o 4 churros o 3 porras"-, el 2 –"leche o café", etcétera, más "barrita tostada con aceite y tomate natural o bollería básica plancha o tortel, palmera o bizcocho o cereales o pieza de fruta"- o el 3 –"leche o café", y así, más "pincho de tortilla o pulguita variada"-. Si el cliente prefiere "desayunos de trabajo y similares", tiene que apoquinar un poco más –hasta 16,70 si opta por el número 4, que cuenta con canapés, croquetas, vino blanco o cerveza-.
La cafetería del Congreso también cuenta con una extensa carta de sándwiches, bocadillos, pulguitas, raciones –la más cara, la de jamón ibérico, por 17,50 euros; la más barata, la de patatas chips, por 1,35 euros- o postres.
El mejor bar de copas
Lo que más llama la atención es la extensísima oferta de bebidas alcohólicas que ofrece la cafetería del Congreso y, sobre todo, su precio. El diputado que desee tomarse una copa podrá elegir entre seis tipos de whiskys, veinticuatro "anisados y licores", trece brandys y coñacs y quince combinaciones.
Así, si su señoría opta por un escocés reserva deberá apoquinar 9,90 euros; si prefiere algo más barato, como un pacharán, tendrá que pagar 1,65 euros; si opta por un Gin Tonic Larios, tan refrescante, 3,45 euros, y si prefiere un Cuba libre de Ron Habana 7 años, 6,85.