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Así será el Parque Nacional de Guadarrama, uno de los más importantes de España

En unas semanas la Comunidad de Madrid tendrá su propio Parque Nacional y lo hemos visitado de la mano del Consejero de Medioambiente, Borja Sarasola.

En unas semanas la Comunidad de Madrid tendrá su propio Parque Nacional y lo hemos visitado de la mano del Consejero de Medioambiente, Borja Sarasola.
El Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama

¿Un Parque Nacional en Madrid? A buen seguro, muchos se habrán hecho esa pregunta al saber que la pequeña comunidad autónoma uniprovincial en el centro de España, que parece hecha sólo para albergar la capital, tiene en su seno uno de los grandes tesoros de la naturaleza de nuestro país.

Y no cualquiera: cuando en unas pocas semanas acaben los trámites parlamentarios el de la Sierra del Guadarrama será el décimo quinto territorio español que acceda al máximo grado de protección medioambiental, y nada más y nada menos que el quinto en tamaño, con más de 33.600 hectáreas –de ellas, 21.740 en la Comunidad de Madrid (CAM) y el resto en Castilla y León-, a las que hay que sumar otras 62.000 de la zona de protección que rodeará al parque propiamente dicho.

Aún así, el proyecto ha recibido algunas críticas: desde sectores ecologistas y desde los partidos de la oposición, que consideran que el máximo grado de protección debía haberse concedido a un territorio mayor y, especialmente, se critica la exclusión de algunos parajes concretos.

Conociendo el Parque Nacional

En Libertad Digital hemos querido conocer el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama y hemos tenido la suerte de poder hacerlo con el que es probablemente su mayor entusiasta, el Consejero de Medioambiente y Ordenación de Territorio de la CAM, Borja Sarasola; y con quizá las persona que mejor lo conoce, el director del Parque Natural de Peñalara, Juan Vielva.

Ya antes de llegar al territorio del parque Borja Sarasola nos muestra su satisfacción y la esperanza de que el nuevo parque sirva para "dar a conocer la riqueza medioambiental de Madrid, que es extraordinaria".

El consejero está convencido de que Guadarrama será pronto "un parque nacional de referencia dentro de España", no sólo por su valores naturales sino también por la forma única en la que estos se mezclan con los culturales: "Está una auténtica maravilla como es el Monasterio de El Paular, pero hay muchas más cosas: el Castillo de Manzanares, la calzada romana de la Fuenfría, puentes como el del Perdón…"

"Un revulsivo económico"

Sarasola confía, además, en que la creación del parque nacional sirva como "un revulsivo, una inyección económica para los 12 municipios cuyo territorio ha quedado, en todo o en parte, dentro del terreno protegido.

¿Cómo? En primer lugar aprovechando mejor el que ya es el principal recurso del parque: el turismo. En la actualidad, tal y como nos explica Borja Sarasola cada año unos dos millones de personas visitan el espacio natural; él espera que esa cifra pueda duplicarse y convertir así Guadarrama "en el primer Parque Nacional de España" por número de visitantes.

¿Es compatible ese uso con el mantenimiento de los valores naturales del parque? Para el consejero de Medioambiente sin duda, especialmente si se favorece y promociona un tipo de turismo, cada día más en boga, al que le interesan precisamente esos valores: "Hay modalidades turísticas poco conocidas en España, pero que pueden ser muy rentables –nos cuenta Sarasola-, por ejemplo: 36 millones de personas del mundo anglosajón viajan para avistar aves". Y la riqueza ornitológica de Guadarrama es, según los expertos, impresionante.

Entrar a un parque nacional por un museo

Si hay algo excepcional que la Sierra de Guadarrama nos ofrece es la posibilidad de entrar a un Parque Nacional a través de un auténtico museo, en este caso el Monasterio de Santa María de El Paular, una espectacular cartuja edificada en los siglos XIV y XV que es una verdadera maravilla.

Un lugar cargado de historia, de momentos de gloria y riqueza y también de otros de abandono y desolación de los que lleva unos años recuperándose. El Paular está resurgiendo de esa época de abandono con una fuerza especial, con la vuelta de buena parte de los tesoros artísticos que atesoró a lo largo de siglos –especialmente, la colección de pinturas de Carducho sobre la historia de los cartujos- y la restauración de sus principales espacios arquitectónicos: el bellísimo claustro de Juan Guas, la impresionante Capilla del Sagrario…

Recorrer el monasterio es un auténtico placer, y más cuando es Miguel Muñoz, el padre prior de la comunidad benedictina que actualmente ocupa el monasterio, el que nos lleva de estancia en estancia y de sorpresa en sorpresa,

mostrando en cada habitación, frente a cada obra de arte, recordando a la perfección lo que ha pasado en cada rincón del monasterio en las últimas décadas.

Un puente a Finlandia

Justo de enfrente al monasterio de El Paular está el Puente del Perdón, construido en el S XVIII en el mismo lugar por el que ya se vadeaba el río Lozoya desde cientos de años antes.

La recia estructura de piedra, desde la que hay vistas maravillosas de las montañas y el propio monasterio, nos lleva a uno de los paseos más cómodos y bonitos que se pueden hacer por la Sierra de Guadarrama, a través de un terreno llano y de árboles centenarios que nos llevarán primeramente al Bosque de Finlandia, creado a imagen y semejanza de los del país báltico, con un encantador lago y todo.

Un poco más allá otro hito cultural, del que lamentablemente no queda mucho pero que tiene un lugar destacado en la historia de España: el Molino de los Batanes, que fue la primera fábrica de papel de Castilla y el lugar del que salieron las hojas en las que luego se imprimiría nada más y nada menos que la primera edición de El Quijote.

En la naturaleza

Subimos al coche y seguimos ladera arriba, a través de un sinuoso trazado de curvas que sigue el bellísimo Valle del Lozoya, entre pinos silvestres -"se sabe que son silvestres porque la parte de arriba tiene un color asalmonado", nos dice Juan Vielva.

El paisaje es abrumador, la carretera se desliza tranquila, como buscando los torrentes de agua que van sucediéndose a nuestra derecha. Aguas frescas, puras, que luego son las que bebemos en Madrid, muy pocas grandes ciudades pueden presumir de algo así.

El visitante ocasional que se sumerja en el denso bosque probablemente no será un experto naturalista, pero aún así apreciará que se está introduciendo en un paisaje que quizá no sea virgen, pero que está lleno, rebosante de vida.

En ocasiones vale la pena elevarse un poco sobre el paisaje para tener una visión más general. Hay varios lugares idóneos para ello y uno de los mejores es, seguramente, el Mirador de los Poetas, ubicado allí donde la vista puede cubrir desde el pico de Peñalara, la máxima altura del futuro parque, hasta el final del Valle del Lozoya.

Un Parque Nacional ganado a pulso

El Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama protegerá un espacio natural privilegiado, pero que no sólo es fruto de la interacción con los hombres durante siglos, sino que además se ha venido cuidando de una forma muy especial en los últimos años.

En este sentido, el consejero de Medioambiente cree que la declaración es, en cierto sentido, "un premio a los esfuerzos de conservación" que se han desarrollado tanto desde la propia Comunidad de Madrid como desde la de Castilla y León.

Nuestro viaje termina en el mejor ejemplo de ese esfuerzo: la recuperación de la que era la estación de esquí de Cotos. Hace unos pocos años era un complejo de ocio que más parecía agredir a la naturaleza que ubicarse en ella; hoy en día es difícil distinguir por donde pasaban unas pistas que se diría que nunca han estado allí.

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