Citando fuentes conocedoras de los hechos, el diario El Mundo publica este domingo el papel que jugó la amiga del Rey, Corinna Zu Sayn-Wittgenstein, en dos conocidas operaciones empresariales del pasado reciente en España. En primer lugar, explica el asesoramiento que prestó a la empresa rusa Lukoil en su operación durante 2008 para hacerse con la participación de Sacyr en Repsol y el 9,9% adicional en poder de La Caixa, en un momento en que Repsol no encontraba inversores nacionales con capital para adquirir la participación de Sacyr –entonces, un socio incómodo en el consejo de administración-.
Según el relato de los hechos, Repsol buscó fuera de nuestras fronteras y encontró a la empresa energética rusa Lukoil, que se mostró dispuesta a invertir en España. En el segundo semestre de 2008, la rusa estudió una oferta para pagar hasta 9.000 millones de euros por el 29,9% de Repsol (el tope que permite la Ley antes de estar obligado a presentar una OPA). En aquella operación –dicen las fuentes de El Mundo- hubo varios asesores e intermediarios. El financiero mexicano Allen de Jesús Sanginés-Krause –uno de los empresarios que más a menudo cena con el Rey- y la propietaria de Apollonia Associates, Corinna Zu Sayn-Wittgenstein.
Las mismas fuentes advierten que, en aquel entonces, Corinna ya manejaba con soltura contactos entre importantes oligarcas rusos, sobre todo los que estaban afincados en Londres. Unos contactos que habría conseguido durante su anterior trabajo como directora general de una importante armería británica para la que organizaba cacerías por todo el mundo.
Dadas las circunstancias, y ya que la compañía rusa quería expandirse por Europa sin haber tenido, hasta aquel momento, la oportunidad de que ningún otro país le abriera sus puertas, la operación con Repsol era atractiva. Por otro lado, según estas fuentes, en España el propio rey Juan Carlos veía con buenos ojos la estrategia y se ofreció a apoyar la operación. Tanto es así que llegó a decir en una audiencia privada con la Asociación Atlántica Española que "ya sabéis que yo soy de Putin". Según cuentan, el Rey siempre ha sido muy favorable a fomentar la inversión de grandes y poderosos grupos rusos en España.
Así las cosas, el interés de Repsol y Lukoil en llegar a un acuerdo era bien visto por el Rey, pero no así por el Gobierno, entonces presidido por José Luis Rodríguez Zapatero. En un primer momento dio el sí, pero las reticencias de miembros de su Ejecutivo, como su amigo Miguel Sebastián, hicieron que Zapatero retirara el apoyo a la operación. Desde la oposición Rajoy también se posicionó en contra.
Y sería en este mismo punto en el que –según la información de El Mundo- Corinna empezó a jugar su papel. Contratada por Lukoil, la amiga del Rey se encargó de "acercar posiciones y suavizar las tensiones que se derivan de las distintas culturas empresariales y humanas". El caso es que Lukoil no comprendía cómo el Gobierno bloqueaba la operación después de que España le hubiera invitado a entrar como caballero blanco en Repsol. Al final, la postura del Gobierno dejó en una situación embarazosa a los rusos y la operación no se terminó llevando a cabo. Por ello, dicen estas fuentes, "el trabajo de Corinna no fue remunerado".
El Fondo Hispanosaudí
Corinna no habría tenido la mala suerte de no cobrar en otra de las operaciones apoyadas por el Rey, pese a que también terminó fracasando. La entrañable amiga del Rey ejerció de asesora, contratada por Morgan Stanley y Cheyne Capital, en las negociaciones para la puesta en marcha en 2007 del Fondo Hispano-Saudí para Infraestructuras, provisto con 5.000 millones de dólares.
Según la información, Corinna llegó a reunirse en Riad con el príncipe saudí Alwaleed bin Talal, sobrino del rey y uno de los hombres más ricos del mundo. Corinna acudió a aquella cita "en representación del Rey", aunque el proyecto de aquel fondo tuvo un escaso recorrido. Justo hasta el 19 de junio de 2007, cuando fue presentado en un acto presidido por don Juan Carlos y el Rey Abdalá en el palacio de El Pardo. Después de aquella celebración, en la que estuvo Corinna como asesora también del Saudi Arabian General Investment Authority (SAGIA) para la creación del fondo- el proyecto se esfumó. Algo que, los conocedores de la operación, consideran que "no fue del todo malo, porque se quedaron con mala conciencia e influyó en el contrato del AVE".
La idea surgió en un viaje el 8 de abril de 2006 de los reyes a Riad, donde el Rey intervino ante la SAGIA. En aquel viaje, Corinna formaba parte de la comitiva que partía de Zarzuela y llevó la misma agenda que la de los hombres, a diferencia, por ejemplo, de la que mantuvo la reina doña Sofía.