La decisión "ha sido" del presidente. Tras un intenso debate de la cúpula, con opiniones opuestas, el partido que sustenta al Gobierno optó por no señalar directamente a Luis Bárcenas, y articular una fórmula intermedia. En concreto, una demanda por vulneración del derecho al honor "contra el autor de los falsos papeles publicados", así como contra la empresa editora del diario El País.
El martes, Mariano Rajoy hizo como si Bárcenas no existiera en la sesión de control en el Senado. Tampoco atendió a los medios de comunicación en los pasillos. Pero, antes y después, estuvo abordando el tema, consciente de la envergadura del problema. Con el Comité de Dirección dividido y la indignación por la inacción en aumento dentro de su propio partido, despachó, al menos, con sus dos cargos fuertes en Génova: María Dolores de Cospedal y Javier Arenas, cuyas fricciones son conocidas.
Finalmente, se decidió por una resolución "templada", en voz de un interlocutor directo. Esto es, actuar contra el extesorero pero "teniendo cuidado de que la demanda prospere", según se expone oficialmente en Génova. De hecho, en el comunicado remitido a los medios, se especifica: "Según El País, el autor es Luis Bárcenas, aunque él lo haya negado públicamente y ante la Fiscalía Anticorrupción".
Echado el freno, el PP se queda un paso por detrás de su número dos, que quince días antes ya interpuso una demanda civil -admitida a trámite- contra el que fuera hombre de confianza del presidente hasta 2009. El actuar o no contra el extesorero fue el leit motiv de la división interna que, presentadas las acciones judiciales, se dio oficialmente por resuelta, aunque era el centro de atención de los círculos políticos. "Si esto es una guerra, actuemos con todas nuestras armas porque, en caso contrario, pudiera parecer que tenemos miedo o tenemos algo que esconder", se reafirmaba un declarado defensor de "pasar al ataque".
El resto de implicados en el caso aceptaron la fórmula de Moncloa: Ángel Acebes, Jaime Mayor Oreja, Rodrigo Rato y el citado Arenas "han emprendido las mismas acciones legales que el PP, por entender que se ha vulnerado su derecho al honor", se informó a través de un comunicado.
Nadie de la dirección compareció para dar cuenta de la resolución adoptada. "Han volado chucillos", radiografiaba un cargo del aparato para exponer lo vivido en las últimas horas en la sede popular. El silencio clamoroso, interpreta un diputado del PP, "pone en evidencia que no todos deben estar contentos". Si algo empieza a molestar entre los parlamentarios populares es que "no estemos dando la cara" ante el escándalo.
La demanda del PP
Entrando en materia, el PP usa términos durísimos contra El País en su demanda, presentada este miércoles por la mañana: "La difusión premeditada e irresponsable, inexplicable en un medio de comunicación, de documentos cuya autenticidad, veracidad o autoría no se ha contrastado ni de otro modo consta a quien los difunde, pone evidentemente de manifiesto el criticable e inexistente rigor profesional y mala praxis de lo que hace", afirma textualmente.
En el texto, se insiste en que en ningún caso existió financiación opaca: "El PP lleva, y siempre ha llevado, una única contabilidad", que contó con la supervisión y control del Tribunal de Cuentas. Decir lo contrario, concluye, es "falso, temerario y tendencioso". Y de ahí que los demandantes consideren que lo que subyace es "una clara intención de dañar la imagen y buena reputación" del PP.
Además, y es un capítulo importante, se pone esmerado empeño en resaltar que todo parece indicar que los tan traídos papeles de Bárcenas son, en realidad, un corta y pega. "Presumiblemente prefabricados ad hoc", se reseña. En otro momento se habla de "documentos falsos y muy probablemente manipulados".
Por todo ello, 34 días después de que en el Comité Ejecutivo el presidente anunciara las varias veces retrasadas acciones judiciales, el PP y el resto de demandantes resumieron en cuatro sus exigencias:
- Se declare que por parte de los demandados se ha vulnerado el derecho de honor de los demandantes.
- Se declare que dicha vulneración ha supuesto un daño efectivo en la imagen y prestigio de los demandantes.
- Se condene a los demandados a la publicación a su costa, de la Sentencia dictada en estos autos estimada de la demanda, en los mismos medios utilizados para divulgar y poner a disposición de su partido los artículos ofensivos, y durante los mismos días en que se han publicado las informaciones objeto del presente procedimiento.
- Abonar en concepto de indemnización de daños y perjuicios, que incluye el daño moral, a los demandantes el importe de 500.000 euros, que será destinado a organizaciones de carácter social.
Casi en paralelo, Bárcenas hacía fuerza en el pulso sin disimulo contra Génova y presentaba una nueva demanda ante la Justicia, y van tres en una semana, en esta ocasión por "atentado a su intimidad como trabajador". En el escrito del PP no aparecen ni el nombre de Rajoy, que se ampara en su cargo de presidente, ni tampoco el de Cospedal, que ha ido un paso más allá a título personal.
"Desde luego, Bárcenas nos está disparando con artillería pesada. De momento, nosotros estamos con balas de fogueo", resumía un dirigente descontento, en tanto en cuanto entiende que la crisis sigue sin resolverse. Oficialmente, se rechazó hablar de bandos o divisiones: "Se ha buscado la mejor demanda, punto y final". En la víspera, el propio Arenas aseguró que "todo el partido" apoya a Cospedal. Para reforzar la idea de unidad, Rajoy arropará a su número dos en un desayuno informativo en Madrid el próximo lunes. Se espera que no falte nadie. "Cuando escuchéis lo que el presidente tiene que decir de María Dolores a nadie le cabrá duda de que cuenta con su entera confianza".