Tal día como hoy, 4 de diciembre, pero de 2010, Libertad Digital llevaba en su portada la crisis de los controladores aérea que afectó a más de 600.000 pasajeros y titulaba con la promesa de un Alfredo Pérez Rubalcaba envalentonado después de declarar el estado de alarma: "Rubalcaba: "Esto no volverá a pasar. Lo garantizo"".
Era la tercera vez que comparecía en rueda de prensa desde el Palacio de la Moncloa después de que los controladores aéreos decidieran ausentarse de sus puestos de trabajo de forma coordinada alegando problemas de salud provocando el cierre del espacio aéreo español. En la primera, de madrugada, el vicepresidente del Gobierno advirtió de que declararía el estado de alarma si la situación no volvía a la normalidad.
No volvió a la normalidad y la amenaza se hizo realidad. Rubalcaba declaro el estado de alarma que se haría efectivo tras la publicación en el BOE a las 13:00 de ese sábado. En ese momento las autoridades militares movilizarían a todos los controladores aéreos para que acudan a las torres. En caso de no acudir a su trabajo "estarían incurriendo en un delito de desobediencia tipificado en el Código Penal Militar" por lo que podrían acabar en prisión entre seis meses y cuatro años, además de la pérdida del empleo.
En la tercera rueda de prensa, Rubalcaba evaluó la situación de los aeropuertos y afirmar que el espacio aéreo estaba abierto y el 90% de los controladores estaban en las torres. También aprovechó la ocasión para asegurar que "el Gobierno ha cumplido con su deber. Hacer que se cumpla la ley y lo vamos a seguir haciendo". Aseguró que "ni en Navidades ni después de las Navidades. Esto no va a volver a pasar y eso lo garantizo". El vicepresidente también quiso lanzar otra advertencia al decir que "el decreto establece que el estado de alarma son 15 días y durará eso en principio. Lo quiero decir con claridad, si es necesario prorrogarlo lo haremos".
La crisis se traslada a la política
Un conflicto de esta magnitud no podía estar ajeno de la política. El encargado de dar la réplica a Rubalcaba no fue Rajoy, fue Esteban González Pons. El vicesecretario de Comunicación dijo que "siempre que los españoles lo necesitan Zapatero no está, y ahora no sabemos dónde está". Pons dijo que "pedimos a Zapatero que dé la cara antes los españoles y que sea él quien aclare por qué se ha decretado el estado de alarma".
La respuesta por parte del Gobierno vino de parte del secretario de Estado de Política Territorial, el socialista Gaspar Zarrías, que insinuó que el PP estaba detrás de la huelga de controladores al decir: "Sería bueno que Rajoy y Pons respondieran a una pregunta: ¿qué han tratado en las últimas semanas en sus reuniones con los controladores? ¿De qué ha hablado el PP con los controladores? ¿Qué le ha dicho el PP a los controladores? Desgraciadamente, me espero lo peor y lo peor es lo que está pasando en este país". Acusó al PP de estar al lado de los "presuntos delincuentes y contra los ciudadanos". Desde el Partido Socialista de Andalucía se acusó al Partido Popular de "planificar" la huelga y de dar "un golpe de Estado económico".
La entonces portavoz de los populares en el Congreso aseguró que iban "a pedir explicaciones se pongan como se pongan José Blanco o Gaspar Zarrías", al que Soraya Sáenz de Santamaría acusó de haber mentido al censurar al PP y de "cobrar un sueldo público sólo para insultar al Partido Popular".
Desde Fomento, el propio José Blanco, salió al día siguiente de decretarse el estado de alarma para anunciar que AENA "ha abierto 442 expedientes disciplinarios" a los controladores aéreos que se negaron a trabajar el día anterior. El ministro de Fomento dijo que "estamos restableciendo la normalidad y ahora toca hacer justicia".
La Fiscalía imputó a los controladores por abandono del puesto de trabajo, sedición y coacciones y éstos se comprometieron a no hacer huelga en Navidad. Un compromiso que no fue creíble por lo que entregaron en el Congreso de los Diputados un texto firmado por el 90% de estos profesionales en el que dejaban patente su compromiso de "continuidad de servicio" si el Gobierno levantaba el estado de alarma y comenzaba la negociación con el colectivo.
Como no se fiaron de los controladores, el Ejecutivo de Zapatero prorrogó el estado de alarma hasta el 14 de enero, día en el que concluyó porque, según Rubalcaba "los objetivos que tenía el Gobierno se han cumplido". El primero fue "garantizar la normalidad más allá de los primeros días del conflicto", en alusión a la Navidad. Y el segundo fue "encauzar el final de este conflicto".
Ahora, otro Ejecutivo, el de Mariano Rajoy, se enfrenta a la huelga de Iberia convocada para los días 14, 17, 18, 19, 20 y 21 de diciembre en protestar por el plan de reestructuración presentado por la aerolínea.