Tal día como hoy, 14 de noviembre, pero de 2010, Libertad Digital llevaba en su portada que "El Gobierno reabre el Valle de los Caídos forzado por la asistencia masiva de fieles". Una semana después de que el Ejecutivo de Zapatero diera órdenes a la Guardia Civil de impedir el acceso al lugar, la Misa de ese día se convirtió entre una de las más concurridas en el más de medio siglo de historia de la Abadía de la Santa Cruz. A pesar de que era una mañana fría y lluviosa, entre 6.000 y 8.000 personas colapsaron la carretera de El Escorial desde la A-6 para acceder al templo.
Los asistentes se quejaron porque antes de entrar se tuvieron que someter a un control de banderas para cumplir la Ley de Memoria Histórica, en virtud de la cual no está permitido entrar con banderas ni simbología política dentro del recinto. Aún así, los feligreses estaban encantados con recibir una Misa en la que se podía disfrutar de la voz de los niños de la Escolanía.
La decisión del Gobierno de Zapatero de cerrar el Valle de los Caídos en abril de 2010 vino motivada por unas obras de restauración de "La Piedad" y que por razones de seguridad, decían, había que cerrar todo el templo a las visitas turísticas. Hay que recordar que es uno de los monumentos más visitados que gestiona Patrimonio Nacional y que recibe más de medio millón de visitantes anuales. Con la medida de cerrarlo al culto religioso se convirtió en "la única iglesia del mundo cerrada por orden gubernamental", según Pablo Linares, presidente de la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos.
Tras el cierre hubo quien no se conformó con eso. El Foro por la Memoria de la Comunidad de Madrid y el Foro Social de la Sierra de Guadarrama pidieron la voladura de la cruz del Valle de los Caídos "como culminación de un gran acto público nacional de desagravio a las víctimas del franquismo". El senador del PNV Iñaki Anasagasti quiso más y pidió que se volara el Valle de los Caídos entero, como se hizo con el puente sobre el río Kwai o la cancillería del Tercer Reich.
Lejos de atender a los estos deseos y tras contemplar domingo tras domingo las imágenes de las misas a la intemperie repletas de gente, el Gobierno decidió reabrir la basílica en diciembre de 2010. Según el ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, querían evitar cualquier uso "sectario" o político del recinto y con la intención de que el lugar termine teniendo el objetivo de "honrar y rehabilitar la memoria de todas las víctimas de la guerra y de la represión política, de la verdad histórica y de la reconciliación de los españoles".
Aún así, el Gobierno no tenía muy claro qué hacer con el Valle de los Caídos por lo que creó un comité de expertos para decidir su futuro. Dicha comisión pidió, aunque con tres votos en contra, exhumar a Franco y trasladar sus restos fuera del recinto ya que "es la única persona enterrada allí que no falleció durante la Guerra Civil". Además, reclamó la restauración tanto de los edificios como de algunos elementos artísticos. El informe se publicó tras la victoria del Partido Popular en las elecciones generales del 20-N que ya había apuntado que dejaría de lado el asunto del Valle de los Caídos.