"Mas aprieta el acelerador, Rajoy aboga por el diálogo", titula El Mundo. "¿Dialogar con quién?", se pregunta Jiménez Losantos. "Rajoy cultiva con tanto empeño la caricatura del gallego indeciso que Feijóo acabará querellándose por menosprecio regional. Gobernar es elegir, no depender del diálogo y menos cuando no hay con quién. Ayer insistió en la dialogomanía con Mas. Pero ¿quiere dialogar Mas? No". Pues entonces, Mariano, pues entonces, que no te das cuenta de que estás hablando solo.
Interpreta El Mundo que "Rajoy y el PP catalán se desmarcan de Aznar". Es más, le redujeron al "perfil de un personaje bíblico: el del profeta que predica en el desierto". Pues que se chinchen, Santiago González le pone de ejemplo. "No está bien dirigirse a un presidente con aire de perdonavidas. Tampoco que un presidente aguante en su despacho a ningún visitante borde. Ni que conviva con el desplante un mes entero" y sin quejarse. Lo que le tenía que haber dicho es lo que le dijo Aznar a Ibarretxe. "Muy bien, pues ya hemos terminado la conversación". Y puerta.
El País lleva en su portada a Javier Marías más chulo que un ocho. "Javier Marías dice no" al premio Nacional de Narrativa. Premios a él, pero si a él le sobran los premios, hombre. Fernando Vallespín es hoy el encargado de romperse la sesera buscando una solución al PSOE. Pasando los días la cosa tampoco está tan mal, "no está muerto", aunque "ya no es lo que era". Lo que no ve es que el problema sea ni de "liderazgo" ni de "ideas", para nada. "Las causas de su postración tienen que estar en otro lugar", pero ¿dónde?, ¿dónde están? "El PSOE fue el partido de España", dice con nostalgia, pero ha tenido muy mal envejecer. "A los cuarenta, ha perdido su capacidad de seducción" le ha salido "tripa" y tiene una "calva incipiente" (el partido, que nadie se dé por aludido). Y claro, así visto tiene una "crisis de identidad". Y la autoestima por los suelos. Si es que los cuarenta son fatales. Pero "lo peor es pretender aferrarse a la juventud perdida, en vez de reinventarse a partir de la nueva coyuntura. Necesitamos otro PSOE". Así que hala, un lifting y a la calle, que esta vida son dos días.
En ABC, Carlos Herrera, echa una manita y le muestra a Vallespín el lugar donde se perdió el PSOE. "El bamboleo ideológico al estilo yenka agota a sus seguidores más fieles, el coqueteo con movimientos antisistema o el pacto con nacionalismos como ERC o BNG conforman el póker de la fatiga". En fin, chicos que "la gente se va" y punto. Y no crean, que Carlos no las tenía todas consigo. "Comportarse como si España fuese un chicle moldeable al que utilizar según convenga se paga. Yo creía que no, que todo daba igual, pero se paga", fíjate. Pero lo de darle puerta a Rubalcaba no lo ve. "¿Y qué hace el PSOE al día siguiente?". Mejor que presente "una alternativa creíble a la política económica del PP" –venga Carlos, que seguro que luego no te crees ninguna-, "que se desentienda de los antisistema" y que coja a alguien "que haya cotizado alguna vez a la Seguridad Social". Y en las elecciones catalanes, a ver qué hace, que nos tiene en un sinvivir. "No se sabe muy bien qué va a defender, enfrascado en ver si es federalista, firmante de cartas como la de la banda de los cuatro, mediopensionista o incompareciente".
La Razón está muy, pero que muy dolida. "Barcelona se niega a apadrinar el buque insignia Juan Carlos I" si es que son unos bordes. "El ayuntamiento, gobernado por CiU rechaza entregar la bandera de combate como quería la Armada". Marhuenda, ¿estás de cachondeíto? Y rematan. Los aviones esos que sobrevuelan Cataluña y que tanto han asustado a unos señores "son los encargados de defender Cataluña en caso de ataque", tontos. Definitivamente, La Razón tiene hoy el día guasón.
La Gaceta señala que "crece la división en el PP sobre el modelo de estado". José Javier Esparza se dirige a Artur Mas a ver si le hace entrar en razón. "¿De verdad cree don Arturo Mas que alguien en Europa va a apoyar su proyecto separatista?". Que no, hombre que no, porque verás, "Juan Bodino dejó escrito en Los seis libros de la República" allá por el año 1576 que "de todos los tratados, el que requiere mayor garantía es el que se hace con el súbdito que ha conspirado contra su príncipe (...) No es lícito que un príncipe extranjero, con pretexto de amistad o protección alimente la rebelión de los súbditos de otros". Tenías ganas de tocar las narices, ¿verdad Esparza?.