"Hay que reconocer que el fotógrafo que haya movido la silla ha conseguido una buena foto... inclinado, encogido, le han movido la silla, le han levantado la silla.... ya tenéis titulares, ¿me puedo ir?". Con esta anécdota en la que Rubalcaba se cambió tres veces de asiento en la sala de prensa del Congreso por la altura de la silla comenzó una rueda de prensa que supuestamente versaba sobre los presupuestos pero que ni una sola pregunta se apartó de la crisis interna del PSOE y las voces que cuestionan su liderazgo.
"No, no he pensado en dimitir". Así de claro fue el secretario general del PSOE en la primera pregunta de su comparecencia pública tras las elecciones en Galicia y el País Vasco, 72 horas después de la doble derrota electoral. Cuando por fin se refirió a una hipotética dimisión, Rubalcaba fue tajante: "Mis compañeros me eligieron hace ocho meses para recuperar la confianza de los ciudadanos que habíamos perdido" y "para elaborar un proyecto que fuera una alternativa a la derecha. Esa es la tarea que voy a cumplir, hasta el final, la voy a cumplir. Por eso, no, no he pensado en dimitir" ni "nadie me ha pedido mi dimisión", dijo. Solo dimitiría si se lo pidiera "la mayoría de mi partido", pero que le eligieron por mayoría para elaborar un proyecto y recuperar la confianza, "para lo bueno y para lo malo, en la salud y en la enfermedad y no sigo para no ser más dramático".
No quiso criticar a quienes sí critican y erosionan su liderazgo pidiendo "cambios profundos" y "no quedarse de brazos cruzados" como piden Tomás Gómez, José María Barreda o Juan Fernándo López Aguilar, pero sí que hubo una crítica velada a todos ellos porque no se atreven a hablar en los órganos del partido cara a cara con la dirección. "Yo escucho todo lo que me dicen. Y estoy dispuesto a escuchar a todo el mundo, por teletipos o no. y agradezco que me lo digan en persona. Y lo que más agradezco es que digan en persona lo que dicen en teletipos, eso me pone de una felicidad total".
En este sentido, avanzó que ha hablado con los líderes regionales a los que "he tranquilizado y que me han tranquilizado a mí", pero en términos de "hablar con ellos, intercalar ideas y tratar de sumar" porque "la misión del secretario general no es tranquilizar a la gente. No soy el secretario trankimazín, no".
En esa línea de tranquilidad avanzó que "nadie me va a quebrar", argumento que repitió cuando aceptó el liderazgo del partido "porque yo sabía que venían mal dadas ¿O es que usted imagina que yo no sabía que esto iba a ser muy difícil? ¿Y que no me preparé psicológicamente antes de decir que sí a la secretaría general? Pero con profundidad y honestidad. Así quiero que funcione el PSOE y creo que lo conseguiré porque tengo un apoyo muy amplio en el partido socialista".
Por ello, se resiste a desvelar si optará a las primarias para el candidato a La Moncloa en las próximas elecciones generales, ni cuándo convocará esas elecciones internas. "He hablado con mucha gente" y "ha escuchado muchas críticas", pero "ni uno solo me ha preguntado si voy a ser yo el candidato del PSOE". "Haría muy mal, sería un irresponsable, si estuviera ahora preocupado por si voy a ser o no candidato en lugar de lo que de verdad me preocupa, que es la angustia de muchos ciudadanos. Cuando toque, se hará", afirmó.
Análisis electoral
Rubalcaba excusó su silencio en que otros dirigentes de su partidos habían salido a comentarlas, que él estaba muy ocupado preparando el debate y que el lunes habrá ejecutiva y que pensaba hablar entonces. "Son unas elecciones regionales", quiso dejar claro pese a que fue él mismo quien quiso extrapolarlas a la gestión de Rajoy durante la campaña. Sobre el resultado en el País Vasco, dijo que "Euskadi tiene su propia política" y que eran una elecciones distintas porque se presentaba un partido que en otras elecciones no había estado. Y además, porque "eran las primeras elecciones en democracia sin ETA".
El líder socialista dio su respaldo a Patxi López. "El Gobierno de Patxi ha hecho una magnífica gestión que no ha sido reconocida en la votación, pero la democracia es así. El resultado es aceptable para el PSOE, aunque hubiéramos esperado algo mejor. Ahora le toca hacer tarea de oposición", dio despejando dudas sobre el futuro del aún lehendakari en funciones. "Estoy satisfecho y Patxi también lo está. Ha merecido la pena para el partido socialista".
En cuanto a las gallegas, dijo que "en Galicia la situación es diferente. El PP es muy fuerte históricamente en esa comunidad, siempre ha ganado y solo una vez no ha podido gobernar. Pachi Vázquez ha hecho una buena campaña, mejorando día a día. Le felicito. El problema de fondo es que los gallegos no han percibido en el PSOE un gobierno alternativo posible".
Se ha dejado "unas cuantas plumas"
También aprovechó para defender su labor de oposición y atribuyó las críticas a que en esta legislatura "los tiempos" son distintos y "los problemas se nos ha amontonado". Defendió que él "va a seguir ofreciendo acuerdos" al PP aunque "eso ha tenido sus problemas para el PSOE". "Sigo creyendo que esos acuerdos son buenos y lo voy a seguir defendiendo", dijo, aunque admitió haberse "dejado unas cuantas plumas defendiendo esta tarea de oposición". "Soy un político que hace lo que cree, lo he hecho siempre, saben que tengo un largo historial", apuntó.
Preguntado por si se siente desplumado contestó sin rodeos: "Me siento un poco desplumado".