"Aquí hemos venido a hablar de economía". Con esta frase, el presidente del Gobierno descartó el cuerpo a cuerpo con un Artur Mas que, aunque silente durante toda la Conferencia de Presidentes, no dudó en calentar el ambiente con proclamas secesionistas los días anteriores a la cita. La declaración escrita de la cumbre, rubricada de forma unánime por los presidentes autonómicos, no incluye ninguna referencia expresa a la unidad de España, si bien incide en que "las comunidades autónomas no son el problema, sino parte de la solución, que debe buscarse desde un clima de colaboración y lealtad institucionales".
El órdago secesionista catalán estuvo muy presente en la cumbre autonómica, aunque no en boca del presidente de la Nación, Mariano Rajoy. Hasta seis presidentes regionales de su signo político sacaron a colación la importancia de una España unida para salir de la crisis. En concreto, los responsables de Aragón, Comunidad de Madrid, Ceuta, Castilla y León, La Rioja y Extremadura hicieron menciones menciones expresas en sus discursos ante el plenario, a puerta cerrada. Uno de los más contundentes fue Ignacio González: "Es necesario una España común fuerte y unida, sin debates o amenazas territoriales y cumpliendo con los compromisos de déficit", declaró a puerta cerrada.
Artur Mas no recogió el envite. Hoy tocaba pedir dinero. Tras la reunión tampoco quiso hacer declaraciones a los periodistas en una salida que algunos calificaron de "huida". Sus valoraciones llegarán el miércoles, en Barcelona. El mutismo del líder catalán fue contestado por algunos barones del PP: "Sólo se vuelve gallito en Cataluña", afirmó uno. Otro añadió que "se dio cuenta que estaba solo en ataque al país".
El que no incluyó una mención expresa a la unidad nacional en sus conclusiones fue el presidente. Fuentes gubernamentales precisaron que en su defensa al actual sistema autonómico quedaba implícita y recordaron que este mismo sábado, en un mitin en Vitoria, su principal argumento contra "quienes quieren romper España" fue precisamente la Constitución y las leyes. Pero, en la comparecencia tras la cumbre y ante preguntas -incluso de un periodista extranjero, que le abordó sobre la posible respuesta "física"- sobre el llamamiento de independencia, no quiso entrar en materia: "Solo se ha hablado de la situación económica".
"Ni reproches, ni malos modos, ni otras cuestiones", zanjó el presidente, que se centró en la importancia de que el acuerdo alcanzado fue unánime y lanza un mensaje claro a Bruselas de cumplimiento del déficit público. "Refuerza el sentido común", añadió, desvelando que Mas no planteó en ningún momento su aspiración de un pacto fiscal o un marco económico beneficioso.
El presidente insistió en que los presidentes autonómicos, todos, hicieron "una demostración de sentido común". "Se ha hablado de lo importante", recalcó, en relación a los puntos acordados en la declaración conjunta. Públicamente, hizo oídos sordos a las voces de su propio partido sobre la irreversibilidad nacional. El Gobierno se limitó a considerar muy relevante que Mas no se excluyera de los acuerdos, y Rajoy zanjó: "Hoy no hemos venido a hablar del modelo autonómico".