Por tercer día, no consecutivo, miles de los denominados 'indignados' acudieron a la llamada de la plataforma 'Rodea el Congreso'. Y por tercer día, la Policía tuvo que disolver la concentración aunque no fueron necesarias cargas como las que se vieron en la primera de ellas. Hubo heridos y detenidos. Pero todo a menor escala. Y es que el intento de asaltar el Congreso de los Diputados va perdiendo fuerza aunque moviliza a los más radicales.
Martes 25 de septiembre
Fue el primer día de concentración a raíz del cual el movimiento ha adoptado el nombre de 25-S. Cerca de 6.000 personas se dieron cita en los alrededores de Neptuno, según la Delegación del Gobierno. Y aquello no pudo acabar peor.
La situación se descontroló a partir de las 19.00 horas, cuando un grupo intentó romper el perímetro de seguridad, afianzado con doble vallado, que separaba la plaza de la Carrera de San Jerónimo, donde se ubica el Congreso, que no vio alterada su actividad normal ya que en aquel momento se encontraba reunido.
La situación desembocó en una primera carga policial seguida inmediatamente después de otra mucho más contundente donde se produjeron las primeras detenciones. Algunos aprovecharon para lanzar objetos a los agentes. Ya entrada la noche todo se descontroló. Los grupos más violentos iniciaron con la Policía una auténtica batalla campal por el centro de la ciudad.
El balance de heridos en este primer día de protestas fue de 67, 27 de ellos policías. Y se saldó con 35 detenidos, cuatro de ellos tenían antecedentes penales.
La Delegación del Gobierno denunció que en la plaza de Neptuno se recogieron "265 kilos de piedras y 4.000 latas de cerveza que se utilizaron como armas arrojadizas, así como punzones, palos y tirachinas".
Miércoles 26 de septiembre
Al día siguiente, algunos decidieron volver a acudir, esta vez de manera ilegal puesto que no contaban con los permisos pertinentes. El motivo principal ya no era otro que protestar por las detenciones y denunciar lo que denominan "brutalidad policial". Pero a la cita sólo acudieron 2.500, según el departamento que dirige Cristina Cifuentes.
La concentración se desarrolló con normalidad hasta pasadas las once y media de la noche, cuando los agentes de la UIP (antidisturbios) que custodiaban el acceso a la Carrera de San Jerónimo tuvieron que desalojar a unos 200 manifestantes que permanecían en este punto. Al menos tres personas fueron detenidas tras el desalojo. Posteriormente, la Policía se enfrentó a un grupo reducido de violentos por el centro. Pero esta vez sólo hubo que lamentar tres heridos de carácter leve que fueron atendidos en el lugar.
Sábado 29 de septiembre
El sábado, la plataforma ‘Rodea el Congreso’ volvió a citar de forma ilegal a los indignados. Acudieron unas 4.500 personas. Los antidisturbios no se vieron obligados a cargar esta vez para desalojar la plaza, pasadas las once y media de la noche. Pero sí hubo destrozos de mobiliario urbano por los alrededores: tiraron contenedores de basura en la vía; otros cruzaron varias jardineras para levantar una especie de barricada... La protesta terminó con doce heridos leves, uno de ellos policía, y dos detenidos.
No obstante, algunos medios de comunicación como El País, otorgan a estas concentraciones ilegales un gran protagonismo. Este domingo el diario de Prisa titula en su portada "Tercera protesta masiva frente al Congreso". Y señala que "miles de personas –estudiantes, jubilados, trabajadores, parados – se volvieron a concentrar ayer (...). En los gritos de protesta estaban presentes tanto la situación social del país como el aval que el Gobierno ha dado, en forma de declaraciones y condecoraciones, a la contundente actuación de las fuerzas antidisturbios del pasado martes".
Según la Delegación del Gobierno a esta última cita acudieron 4.500 personas, 1.500 menos que a la del pasado martes. Las consignas, las mismas, contra el Gobierno y los políticos. También contra la casa real, con cánticos pidiéndole a Froilán que apunte a su "abuelo" o advirtiéndole a Rajoy que recuerde "tenemos una cuerda". Entre las pancartas se han podido distinguir en todas las manifestaciones numerosas banderas republicanas, aplaudidas también por los congregados. Teniendo en cuenta la maltrecha situación económica de España y los cerca de seis millones de parados que llenan cada mes las colas del INEM, no parece que el 25-S se haya convertido en la plataforma representativa que algunos le atribuyen. Eso sí, sigue llenando portadas en los diarios internacionales.