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Rajoy enarbola la bandera de España frente a quienes "quieren romper"

Desde Vitoria, pidió más España frente la crisis. No mentó a nadie, pero cargó contra "los que están empeñados en romper" el país. 

Desde Vitoria, pidió más España frente la crisis. No mentó a nadie, pero cargó contra "los que están empeñados en romper" el país. 

Mariano Rajoy se envolvió en la bandera de todos para responder a quienes lanzan estos días mensajes contra la unidad de España, ya provengan desde Cataluña o el País Vasco. El presidente rescató su discurso más patriótico para intentar apagar la mecha independentista, y volvió a utilizar la situación económica como principal argumento. A más "división y fractura", expuso, más crisis para los ciudadanos.

El jefe del Ejecutivo enarboló la insignia nacional en Vitoria, con todo lo que esto conlleva de simbolismo. Fue respondido con ovación por los más de mil cuatrocientos simpatizantes que fueron a escucharle. Era su reencuentro con la sociedad tras la presentación de los Presupuestos para 2013, que defendió toda vez se marcó una vez como objetivo capital el control del déficit público.

Pero, además de sacar pecho por las cuentas públicas o el nuevo programa de reformas remitido a Bruselas, Rajoy acudió al País Vasco a hablar de España. Fue meridianamente claro: "El PP está donde siempre, en la Constitución y en el Estatuto de Guernica, que han unido y tienen que seguir uniendo a todos los vascos y españoles", afirmó, en relación a la cita electoral del 21 de octubre. "Generar división, enfrentamiento, no solo es malo en sí mismo, sino que también es negativo frente a la crisis", añadió.

El mensaje fue machacado por quienes subieron este sábado al atril popular. Con vehemencia defendió una "Euskadi dentro de España" Antonio Basagoiti, que en una columna publicada en este diario reflexiona en este sentido: "Lo que está en juego es la disolución de la España constitucional".

Rajoy introdujo una advertencia muy clara, que elevó en dos ocasiones: no romper el país supone "una garantía de la permanencia en Europa". Una idea que, en privado, expusieron esta semana varios cargos del Gobierno como argumento frente a Artur Mas. "Lo peor que puede hacerse frente a la crisis es romper la estabilidad política, que es capital", en voz de un Rajoy que llegó a mentar las pensiones o los servicios públicos, en juego ante movimientos separatistas.

"¿Por qué aquí hay quien se empeña en regresar al pasado y generar inestabilidad?", se preguntó, sin dejar su hilo argumental: "La inestabilidad es enemiga de la recuperación económica y quienes están jugando a esto, romper las reglas de juego, están haciendo un daño enorme a su país", aseveró. No pronunció en ningún momento "Cataluña", si bien generalizó sus palabras a todos aquellos que buscan la ruptura.

Defensa de las cuentas públicas

Ya en arena económica, defendió "ser realista y decir la verdad" porque "no se arregla nada mintiendo". Por ello, enfatizó que "está siendo un año malo" pero que "estamos poniendo bases sólidas para el futuro". "Hemos marcado un rumbo y lo vamos a seguir", solemnizó, ante quienes critican su política económica y le piden un volantazo.

El presidente pareció desmarcarse de las dudas que recorren a su gabinete, con la vista puesta en la apertura de los mercados este lunes. Dejó claro que "sí y sí" no se cruzará la línea roja del déficit: "Formamos parte de la UE, de forma voluntaria y estamos muy a gusto. Y cuando alguno está en un club, tiene que exigir sus compromisos. Y si no los cumple, tiene un problema".

Sobre los ajustes que marcan los Presupuestos, declaró que "hay que hacerlo. Es difícil y no nos gusta, muchas de las decisiones no las tomamos por gusto, claro que hay gente que se siente perjudicada. Pero es que hay que hacerlo porque no hay otra alternativa, intentamos hacerlo de manera equitativa. Os aseguro que ahí están las bases de la recuperación económica de nuestro país".

En su repaso a la actualidad, el presidente también se felicitó por la auditoría a la banca española -"El mayor ejercicio de transparencia que se ha hecho nunca", acentuó- y, pese a que en 2008 el Gobierno de Zapatero miró para otro lado, apuntó que "la herencia es la que es y ya no vamos a hablar más de ella, tenemos que afrontarla".

Por último, Rajoy marcó un objetivo primordial a quien llegue al Gobierno vasco tras los comicios: "Lo primero es que ETA se disuelva", y para conseguirlo "nada hay que negociar, solo Ley y Estado de Derecho".

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