La violencia ha vuelto a ser la protagonista de una manifestación convocada por los indignados. Varios miles de personas se concentraron este martes en la madrileña plaza Cánovas del Castillo, donde se encuentra la estatua de Neptuno, a unos 200 metros del Congreso de los Diputados, para mostrar su descontento por la situación política y económica actual y para censurar a toda la clase política.
Ante la intención inicial de los convocantes de la misma, que hablaban a través de las redes sociales, incluso, de asaltar la Cámara Baja, las Fuerzas de Seguridad habían preparado un importante dispositivo para impedir que los manifestantes llegasen hasta la Carrera de San Jerónimo.
Pasadas las seis de la tarde, cuando el número de concentrados llegó a su máximo número, que la Delegación del Gobierno cifró en 6.000 asistentes, algunos violentos intentaron retirar las vallas del cordón policial y lanzaron huevos, leche y botellas de cristal contra los agentes que les impedían el paso.
Los agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional, conocidos popularmente como antidisturbios, se vieron obligados a cargar contra los violentos allí congregados, algunos de los cuales fueron reducidos y detenidos por los agentes y trasladados al interior del cordón policial, donde quedaron retenidos hasta que vehículos patrullas pudieron llegar al lugar para trasladarlos hasta las instalaciones policiales.
Fuentes de la Policía Nacional cifraron en quince el número de detenidos que se habían producido hasta las 20.15 horas de este martes, la mayoría de ellos en esa primera carga policial. Previamente, un sindicalista del sindicato SAT había sido detenido por tratar de saltar las vallas que rodean el Congreso y otra más, sobre las 16.30 horas, por un delito de desobediencia a la autoridad al negarse a acatar las instrucciones que le daban los policías.
Hasta la hora antes señalada, los servicios de asistencia sanitaria habían tenido que atender a nueve personas, según informó Emergencias de Madrid. De ellos, cuatro han precisado traslado hospitalario, uno de ellos agente de policía, al precisar puntos de sutura o que se les hiciera una radiografía. Ninguno de los heridos presentaba lesiones de gravedad.
A partir de las 20.30 horas, los violentos volvieron a intentar saltarse en cordón policial establecido en Neptuno, para intentar llegar hasta el Congreso, lo que hizo que los agentes tuvieran que volver a emplearse a fondo para mantener la seguridad en la zona.
Se produjeron entonces las escenas más violentas de la noche, llegando incluso los indignados y antisistema a acorralar a uno de los agentes y propinarla un buen número de golpes. Asimismo, comenzaron a lanzar vallas contra la policía y utilizaron material de mobiliario urbano como armas de guerrilla urbana.
Tras las nuevas cargas, según informaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, el número de detenidos había aumentado hasta superar las dos decenas, exactamente, veintidós, a las 21.30 horas de la noche. El balance a las 23.00 horas era de un total de siete agentes heridos.
La desobediencia civil es "un derecho"
Por otra parte, los organizadores leyeron en ambas asambleas un texto sobre la desobediencia civil con el que defendieron que acciones como la que este martes tiene lugar en la capital no son un delito sino "un derecho" y un "acto político legítimo".
Asimismo, insistieron en que durante la protesta no interrumpirán el paso de los diputados ya que se trata de una acción pacífica. En este sentido, pidieron a los asistentes evitar comportamientos violentos y explicaron algunos procedimientos sobre cómo resistir pacíficamente en el caso de que se produzcan disturbios.