El primer presidente de la democracia española, Adolfo Suárez (Cebreros, 1932), ha cumplido este martes 80 años. Su familia celebrará su aniversario en la intimidad que lo envuelve desde que en 2005 se diera a conocer que padece la enfermedad de Alzheimer.
Hijo y nieto de republicanos, estudió la carrera de Derecho en Salamanca y se doctoró por la Universidad Complutense de Madrid. En 1958 pasa a formar parte de la Secretaría General del Movimiento y, tres años después, ascendió a jefe del Gabinete Técnico del vicesecretario general, procurador en Cortes por Ávila en 1967 y gobernador civil de Segovia en 1968. En 1969 fue designado director general de Radio Televisión Española, donde ya había desempeñado otros cargos entre 1964 y 1968; permaneció en este cargo hasta 1973.
De la mano de Herrero Tejedor, es nombrado vicesecretario general del Movimiento en abril de 1975 y, en diciembre de ese mismo año, ya muerto Franco, entró en el primer gabinete de Arias Navarro. Por sugerencia de Torcuato Fernández Miranda, Adolfo Suárez fue nombrado ministro secretario general del Movimiento.
En julio de 1976, el rey Juan Carlos le encargó la formación del segundo gobierno de su reinado, con el consiguiente desmontaje de las estructuras franquistas. Supo reunir a representantes de todas las fuerzas políticas españolas, incluidos al PSOE y al PCE, por entonces liderados por Santiago Carrillo, fallecido la semana pasada.
Ganó las elecciones en 1977 y 1979 y fue uno de los impulsores de la Constitución de 1978. Tras la retirada del apoyo del Rey, por la grave crisis económica y el terrorismo de ETA, tuvo que dimitir el 29 de enero de 1981. El día 23 del mes siguiente sufrió el intento de golpe de Estado perpetrado por Tejero.
Tras dejar el Gobierno, la carrera de Suárez apenas tuvo relevancia. Poco después de su dimisión creó junto a otros exdirigentes de UCD el partido Centro Democrático y Social (CDS), con el que se presentó a las elecciones del 28 de octubre de 1982, siendo elegido diputado por Madrid. En 1991 dimitió definitivamente.
En 1996 recibió el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia por su "importante contribución a la Transición española" a la democracia. En 2003, con motivo de la candidatura de su hijo, Adolfo Suárez Illana, a presidente de Castilla-La Mancha por el Partido Popular, Suárez hizo su última aparición pública en Albacete para apoyar esta candidatura.
Desde entonces, no ha vuelto a aparecer públicamente debido a su estado de salud. En los últimos meses ha sufrido diversas complicaciones de salud, por las que ha tenido que ser ingresado y posteriormente dado de alta.