Los socialistas gallegos, encabezados por Pachi Vázquez, participaban tranquilamente en un desayuno informativo en el Fórum Europa de Santiago, cuando de repente, ¡zas!, se enteraban de que su compañero de partido y alcalde de Orense, Francisco Rodríguez, era detenido por agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera por un presunto delito de tráfico de influencias y blanqueo de capitales.
La noticia caía en los oídos de los socialistas gallegos como una bomba de racimo, porque además de la detención de Rodríguez, los agentes también detenían al expresidente de la Confederación Hidrográfica do Miño-Sil con el Gobierno del PSOE, Francisco Fernández Liñares, y al funcionario del servicio de contratación del Ayuntamiento de Santiago de Compostela, Román O.F. El nerviosismo de los dirigentes del PsdeG iba en aumento conforme estos se iban enterando de lo acontecido.
"Primero, no sabemos nada; segundo, confiamos plenamente en la Justicia; tercero, confiamos plenamente en nuestro alcalde", decía Pachi Vázquez, intentando salir del paso. Mientras, en Madrid, la diputada socialista por Orense Laura Seara insinuaba una conspiración contra los socialistas gallegos: "No es tan casual que este tipo de actuaciones judiciales coincidan con momentos puntuales relacionados con comicios". Por su parte, la junta de portavoces del Ayuntamiento de Orense confiaba en la inocencia del regidor y pedía "tranquilidad".
¿Tienen motivos los miembros del PSdeG para la tranquilidad? Francisco Rodríguez ha sido detenido un 20 de septiembre; la campaña para las autonómicas gallegas arranca el 5 de octubre, y las elecciones se celebran el 21. Todas las encuestas –salvo la de La Razón, que lo situaban a un escaño- vaticinan que el popular Núñez Feijóo repetirá mayoría absoluta, y todas las encuestas –esta vez, incluida la del diario de Marhuenda- vaticinan un descalabro de los socialistas gallegos en los próximos comicios. Por ejemplo, el sondeo realizado por Sondaxe para La Voz de Galicia mostraba que el PsdeG obtendría aún peores resultados que en 2009, con 3,6 puntos menos en intención de voto y perdiendo un escaño.
En este escenario preelectoral ha sido detenido el alcalde de Orense, Francisco Rodríguez, por un presunto delito de tráfico de influencias y blanqueo de capitales. Los socialistas gallegos tienen motivos para temer un descalabro electoral aún mayor que el vaticinado.