Durante el pasado año, tres representantes del PSE y tres de la ilegalizada Batasuna han mantenido reuniones periódicas, según informa El Mundo este lunes. Por parte de los socialistas vascos, ha sido el consejero de Interior del Gobierno vasco, Rodolfo Ares, el encargado de representar a la delegación. Por parte de los proetarras ha sido Rufino Etxebarría, acusado ante la Audiencia Nacional de pertenencia a banda armada.
Según el diario de Unidad Editorial, hablaban de los más diversos temas: de la situación antes y después del supuesto cese de la violencia, de la muerte de un seguidor del Athletic por un pelotazo de la Policía... En todo caso, se trataba de reuniones celebradas con asiduidad y con un orden del día muy preciso.
Además, el PSE puso condiciones muy concretas a los proetarras: no debían seguir hablando con el presidente de su partido, Jesús Eguiguren. Este debería quedar al margen, dado que no le consideraban portavoz del partido.
La postura que exhibieron los socialistas se resume en varios puntos: han solicitado el acercamiento de presos etarras a las prisiones vascas, apuestan por la creación de una oficina para refugiados y huidos, y se muestran favorables a la legalización de Bildu y Sortu. También apoyaron la salida de Arnaldo Otegi de prisión. El PSE, según las fuentes consultadas, intentaba "sacar adelante el legado de Rodríguez Zapatero para poder atribuirle unos resultados exitosos concretos".