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Una ex amante brasileña de Laporta le demanda por despido improcedente

El presidente del Barcelona ha sido demandado por despido improcedente por una ex empleada del club que dice haber sido amante del propio Laporta. Los pormenores de su relación están detallados en la documentación de la demanda a la que ha tenido acceso La Otra Crónica de El Mundo.

"Ella firmó la baja voluntaria y el finiquito porque la presionaron", afirma Cecilio Oyonarte, abogado de Flavia Massoli, brasileña de 36 años contratada por Laporta en 2006. El pasado viernes, la joven acudió al juzgado laboral de Barcelona para denunciar al Barcelona por despido improcedente, en un suceso que se añade las acusaciones a Laporta de escuchas ilegales a otros directivos culés.

Por lo visto, en la entidad era bien conocido que Flavia, encargada de Protocolo y Relaciones Institucionales, mantenía una relación con Laporta. La Otra Crónica del diario El Mundo tuvo acceso a la documentación que forma parte de la demanda, y en ella se detallan los pormenores de la relación laboral y sentimental de ambos.

Ambos se conocieron, publica el suplemento de El Mundo, en el Hotel Arts, donde trabajaba Massoli. El 3 de abril de 2006 la joven recibió una oferta de trabajo del club de Laporta. Se trataba de un contrato temporal para atender "las solicitudes formuladas, entre otras, por fundaciones, hospitales, escuelas y ONG". El 29 se septiembre dicho contrato era ya indefinido.

La joven percibía 2.541 euros mensuales, y a menudo tenía que aguantar sarcasmos por su condición de "favorita" entre los empleados del club, detalla La Otra Crónica. De hecho, incluso acompañaba al equipo a los partidos en el extraNjero, a los que también asitía la entonces mujer de Laporta, Constanza Echevarría.

"Bueno, se sabía que esos dos estaban liados. Pero en los viajes guardaban las distancias", asegura en el diario un ex directivo del equipo. Tan evidente era que en 2006 Albert Pujol, ex director del museo de la entidad, criticó el fichaje de la brasileña en un dossier en el que se aseguraba que había sido incorporada "de manera directa y sin proceso de selección", y que además "no reunía las condiciones necesarias para el puesto. No habla bien el catalán ni el inglés", ambos idiomas necesarios para el puesto.

Tal y como asegura La Otra Crónica, eso significa que Laporta debía hablar español en la intimidad. Al menos, hasta que en la primavera de 2008 se anunció la moción de censura contra Laporta y la permanencia en el puesto de la joven se convirtió en una amenaza para el presidente del club y sus ambiciones políticas.

Flavia "sería igualmente despedida si triunfaba la moción de censura, dada la relación extralaboral que mantenía". Las coacciones empezaron, pero la brasileña no cedió a ellas, y según describe Oyonarte, "el propio presidente le indicó que adelantara sus vacaciones".

 

"Tenemos grabadas conversaciones del propio Laporta", amenaza el abogado. La joven finalmente tuvo que pagarse esas vacaciones y, además, "las amenazas continuaron". Durante una estancia en Nueva York de dos noches, el presidente "le pidió, exigió" a Massoli su dimisión. "Ella resistía", relata Oyonarte al diario.

Laporta continuó en el club pese a perder la mencionada moción de censura, pero iba a someter su permanencia al voto de una asamblea de compromisarios. Massoli seguía siendo entonces un "estorbo para sus ambiciones" y a la llegada de la joven a Barcelona "le hicieron firmar la baja voluntaria y el finiquito encima del capó de un coche. Fue el 31 de julio. Y uno de los escritos estaba fechado el 8 de ese mismo mes para que el documento cumpliese todos los plazos habituales".

La joven no demandó antes, según el abogado, porque el entorno familiar de Laporta continuó presionando a Massoli, lo que le impidió ir a los tribunales en el plazo legal, un mes después de la baja. De hecho, las llamadas amenazantes, asegura La Otra Crónica, continuaron en julio de este año.

"Ha estado con un cuadro ansioso depresivo que le impedía recomponer su situación personal y profesional". Oyolarte dice que tienen pruebas de ello que dentro de tres meses "llamarán a Laporta a declarar". El objetivo es que la joven sea readmintida "o que le paguen lo que le correspondería por despido improcedente".

Empedernido seductor

La demanda de Flavia Massoli refuerza, asegura La Otra Crónica de El Mundo, la fama de seductor del presidente del equipo catalán. Desde que iniciase su divorcio el año pasado, Laporta ha llegado a presumir en fiestas de cada uno de sus "fichajes" amorosos, como el de Sana Khouja, de Europa del Este. A ambos se les vió flirtear también en Luz de Gas, una de las principales discotecas de Barcelona. Fuentes cercanas aseguran que ahora anda prendado de una joven de 25 años que cursa estudios en el ESADE.

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