El mítico agente 007 revivirá una de sus viejas películas pero en esta ocasión en el mundo real. Y es que Sean Connery está imputado en la operación Goldfinger (título de una de las cintas de la saga) por la recalificación de la parcela en la que tenía su finca en Marbella. Junto a él deberán declarar su esposa y cinco abogados de Díaz-Bastien&Truan.
Según cuenta El Mundo, la Policía Nacional registró el miécoles las dependencias del despacho de abogados y se incautaron de más de 30.000 documentos. Se investigan en este caso supuestas irregularidades en convenios urbanísticos sobre permutas y tasaciones de terrenos llevadas a cabo por Juan Antonio Roca.
En el caso de Connery y del resto de imputados se investigan presuntos delitos contra la Hacienda Pública, prevaricación, malversación de caudales y blanqueo de capitales. Y esto afectaría a la época en la que gobernaba Gil y la de Julián Muñoz y Marisol Yagüe.
Hasta 1999, tanto Sean Connery como su esposa residían en sus vacaciones en su finca Malibú de la ciudad malagueña. Ahora en la parcela del chalé, en primera línea de playa hay un edificio de cuatro alturas, y que fue terminado entre 2004 y 2005.