La edición de este año de Operación Triunfo llegará así el próximo domingo a su último programa. Tras una trayectoria de mediocres datos de audiencia -combinado con sus altos costes del directo- la cadena de Vasile ha tomado la decisión de cancelarlo.
De poco ha servido el atractivo de la presentadora y sus lágrimas de cocodrilo al ver a uno de los concursantes expulsados, en una imagen que dio la vuelta a la red. Ni las incorporaciones de Nina, ni el regreso de Ángel Llácer como miembro del jurado, lograron mejorar los resultados de forma sólida.
Primero movieron su día de emisión al lunes, logrando una remontada de un punto de share hasta el 13%. Pero el dato sigue siendo muy inferior a los arrojados los domingos desde su arranque, que pasaron de un 17,3% inicial a un 12% -poco más de dos millones de espectadores- en lo que supuso la media histórica más baja del programa.
Tan fulminante ha sido la decisión de Telecinco, que los propios concursantes aún no se han enterado. Según destaca el diario eleconomista, los triunfitos siguen publicando entradas en sus respectivos blogs en las que expresan su felicidad por permanecer en la Academia, y de las que se deduce que aún no conocen la drástica decisión tomada en Fuencarral.
"Ay Señor, qué bien me siento"; "Corazón de grupo" o "Paso a pasito", además de referencias sobre el retraso de las galas delatan a los concursantes o a la energía que sienten por no haber sido expulsados la semana pasada: ninguno de ellos ha sido informado, en definitiva, del final del concurso.