Joaquín Sabina ejerce de ese peculiar personaje llamado Joaquín Sabina en una entrevista veraniega que se publica este jueves en la contraportada de El Mundo, en la que empieza recordando el pasado como policía secreto de su padre (?) y como él, en el papel de rebelde juvenil, "ligaba lanzando cócteles molotov como el que tiré al Banco de Bilbao".
Además de hablar de su etapa de depresión Sabina no tiene reparos en mostrarnos los aspectos más sórdidos de su personalidad: "Siempre quise ser un viejo verde. Creo que ya lo he conseguido", nos comenta en una pregunta sobre la vejez, para más tarde redondear sobre el tema: "Estoy tratando de convencerlas [a sus hijas] de que el incesto es una cosa natural, que los animales lo hacen y no pasa nada". No es extraño, vistas estas frases, que "el insulto que me he ganado a pulso es el de bocazas y salido".
"No soy bien recibido en palacio"
Precisamente "por bocazas" es por lo que, según cuenta él mismo, Sabina ya no es "bien recibido en palacio". El cantante cuenta algunos detalles de su muy comentada amistad con los Príncipes de Asturias: "Parece ser la la Leti oía mis canciones. Y quiso que nos conociéramos para que el borbón [en minúscula en el original] conociera a la progresía".
Y, efectivamente, a una primera reunión en Zarzuela siguió una fiesta, en la casa del propio Sabina, con la creme de la creme de la progresía patria: "Hizo la cena Víctor Manuel. Estaban Serrat, Ana Belén, Penélope..."
Más tarde tan entrañable relación se rompió por una indiscreción del propio Sabina, poco habituado por lo que se ve a los usos de Palacio.
"Yo este año no pienso ir a Rodiezmo"
Aunque con cierta sordina, tampoco Zapatero se escapa de la crítica de Sabina, que asegura que este año no piensa visitar al fiesta minera leonesa, "yo este año no pienso ir a Rodiezmo", que por otra parte no sabíamos que formaba parte de su agenda habitual.
Eso sí, como mandan los cánones de la izquierda, no acepta haber cometido un error apoyando a Zapatero: "No es que esté arrepentido de lo de la ceja. Pero, visto lo visto, uno puede imaginar otras opciones en lugar de hacer al pie de la letra lo que dicen los mercados".
Lo más duro para el presidente es, seguramente, la gracieta que se permite el cantante con la rima de Zapatero: "Rima con el bombero torero". Aunque tampoco sale mucho mejor parado el jefe de la oposición: "Rajoy con no me esperes que no voy".