Esta semana, el kiosko rosa está un poco obsesivo. Si ya resultaba enfermizo su acoso a Letizia, esta vez se han despendolado. ¡Y todo por un moño y una tiara! Aunque la que se lleva la palma a la persecución esquizoide de la Princesa con zeta es Semana, ya lo verán.
Y es que, a falta de un buen escote reventón que nos tenga a todos entretenidos, la atención la ha concentrado la recepción que le dieron los Reyes y los príncipes al presidente chileno. ¡Ésos sí que saben como divertirse! Ahí les vemos, en fila dándose la mano y muy peripuestos, más tiesos que un palo. Su cara indica que no han desayunado All Bran. Como siempre, el guardarropa de Letizia y el modelo elegido hace correr ríos de tinta: si gustan, encontrarán en Semana, Hola, Lecturas y Diez Minutos una tesis doctoral sobre el moño de la ex periodista. "Un recogido espectacular" propio de "una verdadera princesa" o "un Cisne Negro", cada uno lo interpreta como quiere. ¡Larga vida al moñete!
¿Quién querría perderse este evento tan alocado? Las ministras de Zapatero corrieron a apuntarse, para luego fardar de compañías en el Congreso. A Soraya Saénz de Santamaría le entró la pelusilla, y se pasó también por allí, con un vestido rescatado del fondo del armario. La popular debió pensar que con tanto pez gordo alrededor, nadie se fijaría en su atuendo, y tampoco tenía porqué invertir la extra en un modelazo... Tamaña decepción habrá sufrido al verse inmortalizada en Semana. Junto a Letizia, para más inri. Bueno Soraya, otra vez será, hija, no se acaba el mundo. Además, tampoco es que Trinidad Jiménez o Ángeles González Sinde vayan mucho mejor ataviadas. Por no hablar del ¿mono? ¿vestido? plumero de Elena Salgado. Cualquier parecido con la elegancia es pura coincidencia.
Por si el centenar de páginas sobre el moñete de su alteza Real no les han matado del empacho, ahí está Semana, siempre al filo de la actualidad. Además de la cena de gala, incluye dos ¿noticias? que merecen figurar en los anales del periodismo de rigor: "Letizia cumple su promesa y dona la herencia". La orgía de halagos que le dedica el amantísimo redactor por quedarse "con apenas 70.000 euros por cabeza" se queda pequeña ante la verdadera noticia bomba: ¿Por qué quisieron donar los Príncipes esta jugosa herencia? No es que pensaran que iba a quedar feo quedársela, cuando comen en platos de oro de 24 kilates, no. Es que, según nos desvela la revista: "El Príncipe de Asturias aprovechó la visita para aclarar que la única razón por la que aceptaron una herencia, cuyo reparto y administración ha resultado más complicado de lo previsto, era evitar que la fortuna del millonario menorquín fuera a para al estado de Israel, segunda opción testamentaria". ¿Tan horrible habría sido que fuera a parar a Israel? Discúlpenme, pero a mí hay algo que se me escapa.
Y con esta duda iba yo pasando páginas, cuando me di de bruces con el tercer reportaje sobre Letizia en Semana. "Hombre, habrá que informar de lo que hace la familia, que les pagamos todos", me dirán. Bueno sí, pero quizás saber qué película vieron con sus hijos es un poquito excesivo. El caso es que a ellos no se lo ha parecido, y han decidido dedicar una doble página a unas fotos más negras que la axila de un grillo, para informar al pueblo de que los Príncipes "fueron a ver con sus hijas una película en versión original". Todo eso en un gran titular. Y es que no hay pequeñez que no permita a la servil publicación darle una palmada a Letizia: "los Príncipes, que siempre se han mostrado muy involucrados en la educación de sus hijas, eligieron un cine en el que la proyección era en versión original". Así que ya sabéis, padres del mundo: las películas dobladas son un síntoma inequívoco de fracaso en la labor paterna. Llamen a servicios sociales si ven a su vecino en la puerta de uno de esos cines en los que los dibujos animados hablan en castellano.
En Diez Minutos no se quedan atrás, y persiguen hasta a la abuela de Letizia. Y no es un decir. La mujer, Menchu Álvarez Del Valle, pasa la jubilación entreteniéndose en un centro cívico, donde echa la tarde. El caso es que esta semana han montado una obrita de teatro para familiares y amigos de Ribadesella...y allí que se han plantado los fotógrafos-esbirros. Gracias a esta intrusión tenemos fotos de la abuelita interpretando a la Linda Loman de Muerte de un viajante, en bata y tapada con una manta. Y a todas las revistas les divierte mucho divagar sobre su posible "bautismo en el mundo de interpretación". Mucho me temo que Menchu va a tener que cambiar de compañeras de mus.
Dejando la corona de lado, llegamos al puerto del amor. La sección "parejas que presumen de algo" de ¡Hola! tiene como invitado a Julio José Iglesias (el del lunar no, el otro, el tontito) con su novia Charisse. ¿Y qué les pica a estos ahora? ¿Se sacan el graduado? No, se han comprado una cabaña en Tahoe, y quieren que todos disfrutemos de instantáneas en la nieve, contándonos en que color han puesto los remates a su hogar. Además, qué detalle el suyo, que han esperado a que llegara el fotógrafo de ¡Hola! para celebrar el cumpleaños de Julio con él: impagable la galería de los tortolitos con la tarta y las velas. Lo mejor, la brillantez del muchacho: "¿En serio mi madre ha cumplido 70 años? ¡Pues no lo parece!". Un hijo modélico, si señor.
Otra hija famosa es Amelia Bono, la niña del presidente del Congreso. Nos cuenta Semana en su sección 'Saga Musical' -y esto no es ironía-, que fue al concierto de su marido, el hijo de Raphael. No me pregunten cómo se llama el grupo musical del muchacho, que me cuesta acordarme... el disco, eso sí, me he fijado que se llama "Excusas para no pisar la cama". A Amelia dicen que le gustó mucho, que es la mayor fan de su enamorado, y que no para de escuchar el disco... que es "pop y bailable". A la venta en gaso... tiendas de discos en breve.
En el mix de noticias-bomba, de esas que cambiarán su vida hasta dejarla irreconocible, tenemos buen material: "Rosa López se arranca a cantar al dar su pregón" en Águilas, Murcia. Y, el tiempo de espera ha tenido su recompensa: "Ya hay web oficial de la boda del año" que viene a ser la de Kate Middleton y Guillermo, cuentan en Semana. En Lecturas, Mar Flores presenta a sus gemelos, y se sincera: "Me ha costado tres días distinguirlos".
