El reciente acuerdo alcanzado entre el Ministerio de Cultura y Carmen Cervera sobre su colección del Thyssen-Bornemisza no se ha saldado tan amigablemente como parece. Tras acordar que esta colección –valorada en más de 700 millones de euros- permanecerá en el museo hasta febrero de 2012 de manera gratuita, la ministra Ángeles González Sinde hacía ver su malestar asegurando que: "Nos hubiera parecido mejor acordar dos años para permitir estrategias de trabajo a más largo plazo. Es una fórmula para encontrar otra solución de cara al futuro", dijo González-Sinde. "Los términos aceptables para la baronesa no lo eran para el Estado y los intereses de los contribuyentes, que es de lo que tiene que preocuparse el Ministerio".
Estas palabras de Sinde han hecho desatar la ira de la baronesa, que considera inaceptables las declaraciones. Según recoge Vanitatis, aseguró que Sinde la había dejado "como una pesetera", lo que considera "una grosería" porque "al Estado esto no le cuesta un euro. ¿De qué está hablando esta señora? Me parece indignante y una grosería que hable de dinero, cuando esos temas no se han tratado en las reuniones y yo sigo pagando los seguros de muchos de los cuadros".
Y es que, el hecho de que Tita Cervera sólo comprometa sus 240 obras por un año tiene un sentido político. Ha comprometido su colección hasta 2012, no más allá, porque con el posible vuelco electoral por esas fechas, tendrá que cambiar de interlocutores y considera absurdo pactar más allá de lo razonable.
En declaraciones a El Mundo, la baronesa aclaró que: "Me pareció grosero lo que dijo. De dinero no se habló. Lo único que quiero es poder tener mi marca, Carmen Thyssen-Bornemisza, por la que estoy litigando desde 2005. Lo único que he pedido es el reconocimiento de esa marca y un poco de educación".