En sus declaraciones al llegar al pabellón, De la Iglesia ha quitado importancia a los gritos que se oyen en la puerta provenientes de cuatro pequeñas concentraciones (trabajadores de RTVE, un grupo Provida, otro de apoyo al juez Baltasar Garzón y otro grupo de personas en contra de la SGAE) y ha dicho que "los gritos son nuestros, son figuración".
"Tiene que haber un poquito de polémica, hay gritos porque esto está lleno de gente. Además -ha zanjado- las cosas hay que hacerlas con alegría e ilusión". De la Iglesia ha destacado igualmente que la gala se ve en Latinoamérica este año "y al año que viene, en todo el mundo", y ha saludado en inglés a una televisión de Miami que retransmitía el acto.
"Hay que poner buena cara, nosotros somos los que llevamos la alegría a la gente y hay que hacerles disfrutar", ha dicho, y ha añadido que por ello, su mensaje a los miembros de la Academia y a todos los invitados esta noche será un discurso "a lo Braveheart".
Declinó hacer pronósticos sobre los posibles ganadores para no quedar mal con nadie y también porque "si luego acierto, me dicen que me conozco los premiados y las nominaciones, cuando en realidad, sólo en el momento de abrir el sobre es cuando sabemos quien ha ganado, porque eso lo lleva un notario muy serio".
En el mismo sentido que muchos de los actores que le precedieron a la llegada al Palacio Municipal de Congresos de Madrid, donde se celebra la gala de los Goya, De la Iglesia afirmó que la crisis "se nota, evidentemente, las dificultades son grandes: no es ninguna tontería".
"Yo espero que nos amoldemos, tampoco nos podemos quejar -ha considerado-, es que nos demos cuenta de que todos estamos trabajando en lo mismo y todos tenemos que salir adelante. En ello estamos, si tenemos ingenio, sobre todo".
Compagina sus trabajos -de presidente de la Academia y como director de cine, en mitad de un rodaje-, en medio de "derrames neuronales graves", pero se lo está pasando "francamente bien".
Visiblemente delgado (asegura que ha perdido 35 kilos quedándose sin cenar los últimos seis meses), ha desvelado que duerme una media de tres horas y que ha acabado "con todo tipo de pastillas tranquilizantes" para mantenerse vivo. "Pero estoy bien", bromea.
También le ha quitado importancia a los gritos que se oyen en la puerta provenientes de cuatro pequeñas concentraciones (trabajadores de RTVE, un grupo Provida, otro de apoyo al juez Baltasar Garzón y otro grupo de personas en contra de la SGAE) y ha dicho que "los gritos son nuestros, son figuración".
"Tiene que haber un poquito de polémica, hay gritos porque esto está lleno de gente. Además -ha zanjado- las cosas hay que hacerlas con alegría e ilusión".
De la Iglesia ha destacado igualmente que la gala se ve en Latinoamérica este año "y al año que viene, en todo el mundo", y ha saludado en inglés a una televisión de Miami que retransmitía el acto.