Según el relato que hace este martes el periódico Daily Telegraph, el príncipe dobló las rodillas, se recogió el pantalón y esperó a que el "wallah" (sirviente) de turno le bajara el asiento antes de sentarse.
Hace ocho años, un ex mayordomo de la princesa Diana de Gales escribió en un libro que los sirvientes de Carlos de Inglaterra le extraen la pasta dentífrica del correspondiente tubo y van recogiendo la ropa que tira al suelo para que la laven. Clarence House, la casa del Príncipe, lo negó en su día pero, como señala el diario, al heredero del trono británico no hay quien le quite la reputación de "extravagante".
La monarquía británica continúa inmersa en la polémica después de que hace pocas fechas la reina Isabel II solicitase seis años atrás una subvención estatal para pagar los gastos de electricidad y gas de sus palacios, pero fue denegada por el Gobierno británico ya que esta ayuda está pensada para beneficiar a gente sin recursos.
Un alto funcionario de la Casa Real escribió en el 2004 al Ministerio de Cultura, Medios y Deportes para preguntar si la soberana podía beneficiarse del llamado fondo de ahorro de energía, estimado en 60 millones de libras (unos 68 millones de euros).