Yo, como en mi vida he visto un puto programa de GUAYOMIN,ni del MALAFUENTE,mi tiempo vale mucho mas,como para perderlo con este par de pajaros sectarios lameculos y chaqueteros.
Ojito, que este pájaro pasa por "bueno" y "bellísima" persona entre el ganado.
¡País!
¿Por qué están tan nerviosos los telemierders últimamente? Los bufones de la corte zapateril. Los que meten todas las noches, a la masa, el pensamiento radical de izquierdas, eso si, con buen "rollito".
Buenafuente, es el bufón del regimen Zapaterino.
A mi no me hace gracia, salvo que hiciese humor Egipcio (sin querer) en escalada libre, ahí me reiría bastante.
El insulto es el argumento de quien no tiene argumentos.
Podría haber respondido cualquier cosa inteligente y graciosa, o simplemente, haberse explicado con cierta lógica, por ejemplo, argumentando que ya hay muchos espacios informativos dedicados a la crónica internacional y que el suyo no tiene porqué incidir en el mismo tema, o cualquier cosa medianamente aceptable, que hay miles.
Pero el hecho de haber recurrido al insulto demuestra que ni es inteligente, ni tiene recursos dialécticos, ni mucho menos argumentos para apuntalar su más que mediocre imagen de bufón mamporrero del Régimen de la Zeja.
Hay que ver la de frikis que prosperan en este país a la sombra del socialismo.
uff, pues que tenga cuidado twitter que si aplicamos la jurisprudencia del tribunal supremo... lo van a cerrar ;-)
Y a éste ¿le van a cerrar su tuiter por insultar abierta y directamente a otra persona?
¡ Vaya puñado de sinvergüenzas !
Sólo tres palabras: "Cree el ladrón..."
Insultar a la gente está muy mal, pero puede ser, como dice la noticia, que el famosete en cuestión perdió los nervios. Otra cosa muy distinta es lo que hizo Vigalondo con sus comentarios de nazi negacionista y sus repulsivas bromas sobre los niños ejecutados en las cámaras de gas, la "Solución final", los mártires de la Shoá y hasta de la mismísima Ana Frank. Eso no era un comentario impulsivo consecuencia de un chateo acalorado, era, sencillamente, negacionismo, nazismo, judeofobia y vejación de los muertos de las fosas comunes.