Después de su mediática y atípica boda, la cantante Alaska y su marido, el inefable Mario Vaquerizo, no podían tener una luna de miel menos convencional, así que para la segunda temporada de su "reality" televisivo se llevaron a EEUU a un grupo de amigos y reprodujeron "un viaje de fin de curso adolescente".
Ellos son así, singulares a rabiar, encantados con todas las señas de identidad de su programa Alaska & Mario y locos por el rosa que colorea la moqueta de su rueda de prensa, en el mismo hotel que acogió su enlace en Madrid el pasado mes de mayo.
Con su particular forma de ser y comportarse, conquistaron a miles de espectadores en la primera temporada del show en el que la cadena MTV narró los preparativos y la celebración de su boda legal en España, la segunda tras su matrimonio hace más de una década en Las Vegas.
Aseguran en una entrevista con EFE que no pensaban que existiría una segunda temporada, pero el próximo domingo se estrena el primer capítulo de sus nuevas andanzas, esta vez por Los Ángeles y Las Vegas, en una luna de miel en compañía de su maestra de ceremonias, la galerista Topacio Fresh, y de las Nancys Rubias, el grupo de música de Vaquerizo.
Un viaje de adolescentes
"Yo creo que es un viaje de fin de curso de adolescentes", apunta Olvido Gara, alias Alaska. "Es la primera luna de miel que hacemos realmente, porque cuando nos casamos en Las Vegas, sólo tuvimos un día de piscina y, en la segunda boda en España, como somos 'working girls', tuvimos que trabajar al día siguiente", afirma él.
La falta de tiempo impidió que realizaran un viaje más largo, cruzando EEUU de punta a punta. En su lugar, recorrieron la parte de Las Vegas que les apasiona, no la nueva ciudad "zen" en que se está convirtiendo, sino lugares como la capilla en que se casaron y en la que renovaron votos hace 5 años, Las Vegas "de moqueta, de lo antiguo", precisa Vaquerizo.
Dicen que la idea de llevar compañía a un viaje tan íntimo refleja la "realidad" de su vida, porque "Mario es muy aglutinador de todos los amigos". "¡Mi queja es que nunca estamos solos!", protesta la cantante de Fangoria.
A su paso por Los Ángeles, coincidieron con los preparativos de la ceremonia de los Oscars, donde Vaquerizo quiso "robar" un pedazo de la alfombra roja. "Bueno, no lo robé", rectifica rápidamente. "Me lo dio un obrero que estaba allí, pero me empezaron a perseguir para que devolviera la acreditación y yo les dije: 'I don't interest this!'", escenifica él, sobre un momento que no captaron las cámaras.
A ellos, al equipo de producción, les ha hecho padecer más en esta temporada. "Me he puesto más nervioso por las expectativas de terceros y yo me bloqueo", reconoce el artista.
Polémica por La Piedad
Además del viaje, el show mostrará la polémica que, a su pesar, generó su salida de la Cope, emisora para la que colaboraba, tras posar para una imagen en la que el matrimonio representaba, desde su peculiar idiosincrasia, la escena religiosa de La Piedad.
"Lo de la Cope no fue desagradable. Yo entiendo que les molestase esa foto, lo mismo que a mí me habría molestado no hacerla, pero cada uno tiene su línea editorial y hay que respetar", afirma el artista, que asegura que nunca quiso convertirlo "en un circo mediático", como ya explicó en el su Blog de Libertad Digital.
Vaquerizo sólo lamenta "lo mal" que lo pasó su madre y su amiga Topacio Fresh, que sufrió un ataque contra su galería, donde se expuso la imagen. "Y a los míos no me los toca nadie", advierte él, que pide "no buscar más dramas donde no los hay". Por eso, a partir del domingo, a las diez de la noche, ellos lo que prometen es comedia y mucho humor.